Una situación muy parecida separada por el cambio de siglo, prácticamente nada cuando se habla desde el punto de vista de la historia. Galicia fue en su momento un referente de la emigración y ahora vive también el fenómeno de la llegada de extranjeros, aunque en menor medida que otras comunidades, que se escapan de sus países sobre todo por razones económicas. En territorio gallego hay oficialmente unos 90.000 inmigrantes. Que llevan poco tiempo aquí, una década como mucho. Y que llegaron, la mayoría, sin papeles. Como turistas (27%) o directamente de forma irregular (23%), la vía de entrada para el 60% de ellos, según un informe sobre inmigración amparado por la Secretaría Xeral de Exteriores de la Xunta.

El 40% restante puso pie en Galicia con la documentación en regla. Una cuarta parte, concretamente, porque fueron contratados en su lugar de origen por una empresa; un 14% por un proceso de reunificación familiar, ya que tenían parientes residiendo en la comunidad o se casaron con un ciudadano europeo; y un 1% son refugiados políticos.

El estudio, firmado por el profesor de Geografía José Antonio Aldrey, está elaborado a partir de 1.018 entrevistas a inmigrantes, lo que supone un 1,5% de los extranjeros empadronados en Galicia. La pregunta sobre el status migratorio, según reconoce el experto, fue percibida en general "como una amenaza para todos aquellos inmigrantes que entraron de forma irregular" y especialmente para los que todavía no tenían arreglada su situación. De hecho, un 10% de los que decidieron dar el paso de venirse sin tener papeles en la mano ponen la excusa de los estudios o, simplemente, no dan ninguna razón.

El modo más habitual de entrada a Galicia es una constante en el colectivo, independientemente de su origen. Entre los asiáticos, eso sí, las situaciones regulares son mucho más frecuentes, todo lo contrario que entre los subsaharianos y los magrebíes, con las tasas más altas de sin papeles entre los que están asentados en la comunidad. Así el 75% de los extranjeros procedentes de Asia aseguran que están en situación legal. Incluso el 67% se vino con un empleo debajo del brazo y sólo un 1% está en situación irregular.

Tiene su explicación. Indonesia y China son los países de procedencia mayoritarios desde el área del Pacífico. En el caso del primero, por la mano de obra que aportan para el sector pesquero, hasta el punto de que Galicia es su principal destino de emigración. El empresario gallego recluta en origen a falta de trabajadores autóctonos. En el segundo caso, los chinos, "su condición de trabajadores autónomos o pequeños empresarios con negocios de diferente índoles facilita que ellos mismos soliciten, por medio de contratos laborales, a otros compatriotas".

La media de entradas irregulares del 60% se mantiene entre los inmigrantes que proceden de Latinoamérica, Europa del Este y los países del Magreb. Entre los subsaharianos, el porcentaje se incrementa hasta el 80%. Sólo un 8% son contratados en su lugar de origen. "En consecuencia -explica Aldrey- la fragilidad de este colectivo es mayor, acentuada además por las barreras lingüísticas, que dificultan aún más su integración".