Empezó con una broma ("muchas gracias por venir, porque tiene mérito estar aquí cuando hace un frío espantoso"), pero terminó arreando estopa a "ZP" y a los gobiernos socialistas, al tiempo que arengaba a los más de 1.500 militantes y simpatizantes del PP que ayer clausuraron en la finca de San Roque de Vigo la "Escuela de verano" del partido, convencido de que Corina Porro recuperará a alcaldía de esta ciudad, Alberto Núñez Feijóo será "el presidente de la Xunta en los próximos meses" y, con él mismo, "vamos a ganar en España las próximas elecciones cuando se convoquen".

Con gaiteiros, atronadora sintonía del PP y gastronomía patria como acompañantes (empanada, pulpo y carne ó caldeiro, bien regados con vinos del país), el presidente nacional del PP llegó a la finca puntual y bien arropado por la ex ministra Ana Pastor, el presidente de la Diputación de Pontevedra, Rafael Louzán, y el líder de los populares gallegos, Alberto Núñez Feijóo. Le aguardaban la senadora y ex regidora local Corina Porro, el vicepresidente provincial José Manuel Figueroa y militantes y simpatizantes con ganas de escuchar a sus líderes, antes de dar buena cuenta de la comida.

Y en los discursos todos sacaron el látigo. Antes de Mariano Rajoy, Porro se ocupó del "año cargado de fantasía" que, a su juicio, lleva el actual regidor Abel Caballero en la Alcaldía de Vigo; Louzán reclamó en gallego, y en clara alusión al bipartito autonómico PSOE-BNG, "que ninguén nos impoña o idioma que debemos falar"; y Feijóo realizó un simil con la película "300", al manifestar: "El Bloque y el PSOE no son capaces de llegar a la altura del Ejército persa. Nosotros aquí somos 1.500 [espartanos] y ganaremos limpia y democráticamente", ya que reiteró que ansía llegar a encabezar el ejecutivo autonómico "no a través de un pacto de perdedores", en nueva referencia al gobierno de la Xunta. La audiencia estalló en aplausos.

Y entonces llegó Mariano Rajoy, quien a un mes justo de verse respaldado por su partido en el Congreso del PP de Valencia, se siente ahora "infinitamente mejor". Ante lo cual aclaró: "No era fácil, pero las cosas no son como empiezan, sino como acaban". El líder de los populares se dio un baño en toda regla en la finca, bajo un sol de justicia, y convencido de que el futuro llevará a los suyos a gobernar.