El botellón es un fenómeno habitual desde hace años entre la juventud gallega. Muchos son los problemas que se achacan a esta forma de diversión e incluso la Xunta está preparando una nueva ley para limitar esta práctica. Sin embargo, uno de cada cuatro gallegos de entre 15 y 29 años confiesa ser un participante frecuente en estas celebraciones.

Ésta es una de las principales conclusiones de un estudio sobre los jóvenes que aporta información sobre el uso de la lengua, los hábitos de de ocio, la sexualidad, las nuevas tecnologías o la independencia económica. Este texto es el primero de una serie de informes periódicos que desarrollará el nuevo Observatorio Galego de Xuventude, que fue presentado ayer en Santiago por el vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, y por el director xeral de Xuventude, Rubén Cela.

La encuesta es la primera de este tipo que se hace en el territorio gallego. Se realizó el pasado verano, entre el 16 de julio y el 7 de septiembre,en 131 ayuntamientos y en ella participaron un total de dos mil jóvenes.

Concretamente este estudio revela que beber en las calles es principalmente una actividad "urbanita", ya que el 45,24% de los participantes pertenece al entorno urbano, frente al 20,67% que habita en el rural. El perfil más común en estos eventos es el de hombres, ya que suponen un 61,42% de los asistentes, de entre 20 y 24 años (el 47,5%) y mayoritariamente estudiantes (54,48%). La provincia parece influir también en este fenómeno, ya que ocho de cada diez asistentes al botellón son de las provincias de A Coruña y Pontevedra. El factor económico pesa. La mayoría de los jóvenes que acude a los botellones lo hace porque beber en la calle es más barato que hacerlo en un bar. Otros motivos son el ambiente que se da en estas reuniones o la posibilidad de conocer gente nueva.

El coches es el medio que más se utiliza para desplazarse hasta las zonas de diversión. Casi la mitad de la juventud gallega lo utiliza "muchas veces" cuando sale de copas, y el 28,7% lo hace de manera ocasional. Sobre ello, Rubén Cela apunta que esto "no significa" que los jóvenes consuman alcohol al volante. El 51,05% de los jóvenes da la razón al director xeral de Xuventude, ya que se organiza de manera que el conductor no beba y tres de cada cuatro estarían dispuestos a ir en autobús de ida y vuelta hasta los lugares de diversión.

Sin embargo, un preocupante 31,47% bebe cuando conduce. Son los hombres mayores de 25 años los que menos se preocupan y consumen alcohol de igual manera, destacando especialmente los ourensanos y lucenses. Éstos son también los más reticentes a utilizar el autobús cuando salen.