Una tasa "modernizada y más justa". En palabras del conselleiro de Economía e Facenda, José Ramón Fernández Antonio, "adaptada a la realidad de esta comunidad" y que responde "a los desafíos en materia de competencia fiscal", de forma que Galicia se sitúa en una posición ventajosa respecto a su entorno. Todo son ventajas, según la Xunta, para el nuevo Impuesto de Sucesiones y Donaciones que entrará en vigor a partir de septiembre y que eximirá de tributar al 90% de las herencias. El nuevo texto legal salió adelante ayer en el Parlamento con los votos del PSdeG y del BNG y en contra del PP, pues su portavoz, Alberto Sueiro, calificó esta reforma de "oportunidad perdida" y criticó que el impuesto "lo seguirán pagando" los que ya lo hacían, pero "de manera más injusta". "Galicia -dijo- queda en el furgón de cola" en competencia fiscal".

Fernández Antonio agradeció "el trabajo" de todos los grupos "y la agilidad en sus tramitación" -la Xunta presentó esta iniciativa de reforma el pasado mes de enero- y subrayó la amplia repercusión de la modificación, ya que "los pequeños y medianos patrimonios" dejarán de pagar. El titular de Economía resaltó también el "amplio respaldo social" de esta reforma, incluida en el Acuerdo por la Competitividad y por la que la comunidad dejará de recaudar unos 75 millones de euros. Entre los puntos fuertes, el tratamiento beneficioso que se le otorga a las transmisiones de la vivienda habitual y de las participaciones empresariales.

Desde su partido, Xaquín Fernández Leiceaga, portavoz del PSdeG, explicó que "entre el peligro conservador de eliminar este impuesto y el riesgo de mantener todo igual, debilitando la competitividad", Galicia "eligió el camino de la reforma en profundidad, haciéndolo más social". Por su parte, el nacionalista Carlos Aymerich se mostró de acuerdo con las reformas introducidas, pero reiteró la necesidad "y la voluntad" del BNG de "seguir trabajando en la mejora de este impuesto" una vez que entre en vigor, en aspectos como la revisión de las rebajas en los tipos más altos.

Tras esta modificación, los gallegos que reciban una herencia inferior a 125.000 euros a partir del 1 de septiembre dejarán de pagar el Impuesto de Sucesiones y Donaciones.