A unos ocho kilómetros de la unión con el Miño, en plenos Cañones del Sil, en el concello de Negueira de Ramuín (Ourense). Ahí está uno de los polémicos proyectos que tiene Iberdrola para incrementar su negocio hidroeléctrico en Galicia. Una nueva instalación que acaba de recibir el respaldo del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino. Tras varios cambios en la actuación prevista en la zona -declarada Lugar de Interés Comunitario- y la protesta de numerosos grupos ecologistas, la eléctrica vasca ha conseguido la declaración de impacto medioambiental favorable para la central, bautizada como San Esteban II, que aprovechará parte de la infraestructura de otra que tiene cercana, aunque serán necesarias obras nuevas para la instalación de una turbina y cableado subterráneo que obligarán a realizar excavaciones en los alrededores del río.

El departamento que dirige Elena Espinosa pone algunas condiciones, eso sí. Para minimizar el impacto del proyecto a la explotación turística de la zona, Iberdrola tendrá que presentar ante la Dirección Xeral de Turismo de la Consellería de Innovación la planificación de los trabajos y las rutas que se seguirán para trasladar los materiales. La compañía, además, deberá realizar un estudio a fondo de la fauna existente en el área y remitirla a la Dirección Xeral de Conservación da Natureza.

Imposiciones que llegan tras varias modificaciones anteriores del proyecto, que contempla una toma de agua, una galería de presión, una cámara de compuertas y conducción forzada, la central, una caverna para el transformador y galería de cables, desagüe y accesos. Salvo la toma de agua, el resto de elementos serán subterráneos "en aras de minimizar las afecciones ambientales". La previsión de Iberdrola, según consta en la información publicada ayer por el Boletín Oficial del Estado (BOE), es alcanzar un volumen de excavación de 219.951 metros cúbicos.

La tramitación comenzó el 4 de junio de 2006. Entre los organismos a los que se les solicitó su opinión, la Xunta, que alertó de los peligros para el entorno que la central tendría si no se corregían determinados elementos. El 24 de abril de este año, la Consellería de Medio Ambiente emitió su último dictamen, en el que confirmaba que se habían tenido en cuenta sus observaciones, aunque solicitaba "mayor concreción" en algunos aspectos pendientes.

En medio de un robledal, y con numerosas especies animales en los alrededores -águila real, un murciélago catalogado como "vulnerable", anguilas y truchas-, Medio Ambiente añade a las medidas del programa de vigilancia ambiental que tiene diseñado Iberdrola, un control con "especial incidencia" sobre las intervenciones dentro del cauce, sobre las voladuras y la restauración de las zonas afectadas. Seguimiento que, además, se extenderá durante la entrada en funcionamiento de la central para analizar cómo afecta a la fauna ictiológica el circuito hidráulico de las nuevas instalaciones. "Siempre y cuando se autorice en la alternativa y en las condiciones anteriormente señaladas, que se han deducido del proceso de evaluación, quedará adecuadamente protegido el medio ambiente y los recursos naturales", destaca Medio Ambiente.

Con la orden recogida ayer por el BOE, Iberdrola logra sacar adelante uno de los grandes proyectos que tenía previstos en el entorno del Sil, donde ya opera muy cerca con una central, la San Esteban I, de cuatro grupos de generación eléctrica. La otra gran obra, la instalación Santa Cristina, que prevé perforar varias Cañones y construir una gran piscina a 400 metros del suelo, cuenta con la oposición de la Consellería de Medio Ambiente. Actualmente está a la espera del informe del Gobierno central.