El envejecimiento de la población gallega continúa imparable y ni siquiera la llegada de inmigrantes en edad de trabajar consigue rebajar la edad media de la población autóctona. El año pasado, el porcentaje de mayores de 65 años creció ligeramente, un dato que sumada a la pérdida de peso de los más jóvenes explica por qué en 2007 se agudizó un poco más el envejecimiento de la población gallega, una tendencia que se ha mantenido constante en los últimos 10 años.

El resultado, según el Instituto Galego de Estatística, es que en estos momentos por cada 135 gallegos en edad de jubilarse hay sólo 100 jóvenes menores de 20 años. Esta ratio resulta todavía más grave si se compara con la media española -donde sigue habiendo más jóvenes que jubilados: 100 por cada 85,5- y mucho más en relación a la Unión Europea, que tras la ampliación a 27 países mantiene una pirámide poblacional mucho más joven que la gallega, con 77 personas mayores por cada 100 jóvenes.