¿Qué posibilidades de éxito tiene una comunidad de vecinos que acude a un juzgado ante la aparición de grietas en el edificio sin motivo aparente un par de años después de estrenar el inmueble? Pues muchas. La mayoría de los procesos acaban dando la razón al denunciante, según confirman abogados y procuradores. No siempre, es cierto, en todo lo que se pide en la denuncia.

Generalmente, ambas partes -el o los propietarios del inmueble, por un lado, y los promotores y constructores por otro- presentan el informe de un perito para constatar los desperfectos o para justificar que la responsabilidad no está en las obras de construcción. "Se reclama todo y se concede una parte", apunta Jesús Antonio González-Puelles. Un ejemplo: problemas de humedades en varias de las habitaciones de una vivienda. ¿Hasta qué punto es problema del edificio o de la condensación por una mala ventilación de la casa? Otro: una terraza obturada. ¿Consecuencia de una mala obra o de que el recinto no está bien limpio? Por eso muchas veces el juez ordena un tercer informe, de un perito judicial, para comprobar quién tiene la razón en la reclamación y estimar, en caso de que esté del lado del denunciante, el precio a pagar. La indemnización, claro está, depende de la magnitud de los desperfectos -de 250 euros para pintar una habitación hasta los miles que puede costar una fachada- y a la hora de marcarla hay que tener en cuenta también el desgaste propio del paso del tiempo o un mal mantenimiento.