A pocos metros del Parque Natural Monte Aloia (Tui), un sendero de tierra que se adentra en el bosque, en lugar de conducir a una zona bucólica, lleva hasta un gran claro en el monte, polvoriento y de aspecto lunar, cubierto de lodo en el suelo, con montículos de estos residuos y un talud de 50 metros que se formado en un extremo alcanzando la altura de las copas de los árboles. Es un enorme vertedero donde se depositan restos de corte y aserradero de granito.

En este vertedero ubicado en la zona de Mourentán, parroquia de Ribadelouro, se acumulan hasta 100.000 toneladas de residuos. Estos son los cálculos de los vecinos que denuncian además que el depósito no cuenta con licencia. Lo más grave es que estos residuos se ubican en la zona de lógica ampliación del Parque Natural Monte Aloia, de 2.000 hectáreas, anunciada el pasado 24 de mayo por el conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez "para mejorar la calidad de las personas que residen en el ámbito de expansión".

El camino, de tierra, tiene marcadas las huellas de neumáticos de los camiones que lo recorren a diario para realizar las descargas. El rastro del ir y venir de estos vehículos ha quedado grabado en el lodo, posiblemente cuando en días de lluvia ese espacio debe ser casi intransitable porque se hunden las ruedas. A medida que se va llegando al vertedero, la tierra del firme va perdiendo el color original para tornarse gris. Junto al camino discurren las aguas procedentes de un manantial a lo largo de un canal sobre el que alguien ha depositado restos de corte de granito.

En el vertedero, rodeado de bosque, se levantan auténticas colinas de residuos, de diversas alturas, que llegan hasta las copas de los árboles, a los que se les va comiendo espacio.

En uno de los extremos del recinto se ha formado un altísimo talud con un desnivel de unos 50 metros de alto.

Uno de los afectados, Manuel Louriño, explica que los vertidos se vienen realizando desde hace dos años en este lugar. A unos 100 metros muestra otro depósito con autorización para el relleno de una antigua mina de granito abandonada. Louriño explica que éste sí "está legalizado, pero la empresa debía delimitarlo con un muro de mampostería, explanarlo y recubrirlo con un manto vegetal, algo que no ha hecho".

Excavaciones Tui es la empresa que tiene autorización para ese primer depósito ya agotado y que ahora continúa su actividad ocupando otros terrenos.

Los vecinos trasladaron a Medio Ambiente que "en el primer depósito ya agotado no hay canales de desvío de aguas, no existe balsa de decantación ni tampoco un canal longitudinal al pie del talud", según requiere la licencia concedida. A 100 metros, la nueva zona de vertido, de mayor extensión que la autorizada, ocupa terrenos de bosque. Los vecinos añaden además que tienen información de que los vertidos de lodo tienen PH 9,5, una elevada acidez que penetra en el subsuelo por donde, según dicen, discurren aguas subterráneas.

Desde la Consellería de Medio Ambiente se ha confirmado que técnicos de la delegación provincial "se han desplazado para comprobar la posible irregularidad, a instancia de los vecinos". El fin es elaborar un informe que vendrá a aclarar si hay o no autorización para esa actividad y cumple la normativa, legalmente establecida.

El gerente de la empresa de excavaciones que realiza la actividad tiene una visión totalmente distinta a la de los denunciantes. Según explica, su trabajo consiste en la "restauración" de canteras antiguas, que llevará por encima una capa de tierra con árboles. Sostiene que en el primer depósito todavía quedan por llevar unas 15.000 toneladas de lodos. En cuanto al segundo depósito, afirma que "se trata del mismo proyecto para el que cuentan con autorización y que se concedió en el año 2002". El gerente descarta además que exista contaminación en los suelos a causa de los lodos.