Lo notamos el pasado otoño, incluso en parte del invierno, la temporada más seca en Galicia de los últimos treinta años. Jornadas de temperaturas extremas o de lluvias que descargan en unas horas todo lo que antes repartían en varios días. Galicia no se libra del cambio climático que, según la Consellería de Medio Ambiente, está impactando también en el sector agrario de la comunidad. El responsable del departamento, Manuel Vázquez, presentaba ayer en el marco de la Expo de Zaragoza los estudios realizados por científicos de la Universidad de Santiago dentro del Plan Galego de Acción frente al Cambio Climático, con "cambios notable en los cultivos". Con ejemplos tan llamativos como lo que en 2070 ocurrirá con el cultivo del Ribeiro. La superficie apta para los viñedos de la histórica denominación de origen se multiplicará por cuatro y la calidad de las cosechas mejorará "notablemente" hasta equipararse a los apreciadísimos caldos del Douro.

La vid en Galicia, a la que Manuel Vázquez dedicó un capítulo especial durante su intervención el la Conferencia de regiones de Europa sobre Medio Ambiente, está adelantando su maduración 18 días, casi tantos como la cosecha por parte de los bodegueros. Con la subida de las temperaturas medias sobre los cultivos de vino, cambian también, para mejor, la garantía de las uvas pensando en el mercado.

Y no son los únicos cambios. Manuel Vázquez recordó ante el restos de responsables regionales de Medio Ambiente de toda Europa algunas de las evidencias e impactos del cambio climático está teniendo en Galicia, como el incremento de la temperatura media en 0,18 grados por década nos últimos 45 años, y hasta medio grado cada década a partir de los 70. No existen evidencias de cambios en la magnitud absoluta de precipitaciones, aunque el reparto estacional de las lluvias ha variado, lo que deriva en inviernos mas secos y otoños más lluviosos.

Además del caso de los viñedos del Ribeiro, Manuel Vázquez puso otros ejemplos concretos, como lo que está ocurriendo con los cultivos de maíz, con adelantos de hasta 20 días en la floración y de 34 en la maduración en los últimos treinta años. Todo lo contrario que en otra de las grandes estrellas de la tierra gallega, la patata, donde los análisis científicos detectan demoras en la floración de 34 días. En el caso de la cebada, los retrasos provocados por efecto del clima oscilan entre los 21 días en la maduración y los 23 en la cosecha.

La de ayer fue la mayor conferencia de ministros regionales y consejeros de medio ambiente celebrada en Europa. 129 expertos, incluidos 50 ministros regionales y otros representantes de 55 regiones de 16 países, participan en el plenario sobre agua en cambio climático de la Conferencia de Regiones de Europa sobre Medio Ambiente