Promesas de inversiones millonarias y de empleos, pero al mismo tiempo el pulso con Fomento muy firme por el trazado del AVE. El empresario Juan Miguel Villar Mir viajó ayer a Santiago para reiterar su oferta de diálogo y para prometer situar a Galicia como líder mundial en paneles fotovoltaicos -fabricados con el cuarzo que se extrae en Serrabal-, pero al mismo tiempo directivos de su empresa desvelaron que exigirán al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), responsable de las obras del AVE entre Santiago y Ourense, una orden judicial para poder entrar en la explotación minera de Serrabal, por cuyos terrenos pasa el trazado.

Aunque el propio Villar Mir -que acudió a Santiago para comparecer ante los medios de comunicación, algo que raramente sucede- negó que su grupo empresarial "propiciase o amparase un proceso de bloqueo o boicot a las acciones de la Administración", el director general de Ingeniería y filiales de Ferroatlántica, Javier Fernández Bescos, reconoció que Ramsa (empresa que explota la mina de cuarzo) exigirá una orden del juez para que los técnicos del Ministerio de Fomenta puedan entrar a los terrenos afectados por el tren de alta velocidad entre Vedra y Boqueixón y delimitar al detalle el trazado antes del comienzo efectivo de las obras.

En línea con los trabajadores, acampados en la mina desde hace dos semanas para impedir el inicio de los trabajos, el propietario de Ramsa y Ferroatlántica sostiene que el proceso de expropiaciones aún no está terminado. Mientras, un portavoz del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias se limitó a asegurar que usarán "todos los medios" a su alcance para hacer que se cumpla la ley.

Pero la intervención ayer de Villar Mir fue para ofrecer a Fomento la apertura de una negociación que "estudie un trazado alternativo" (el que ya había en 2001) que garantice la extracción del silicio solar, con una pureza única en el mundo. El empresario defiende "la relativa sencillez" de la modificación, algo que no implicaría más de seis meses de retraso y que es una práctica frecuente. Así, citó los cambios de trazado en el AVE a su entrada en Vigo, Pontevedra o en Ourense.

Recurso al Parlamento

La decisión de Fomento de cerrarse en banda con el trazado elegido en vez de desplazarlo 500 metros es algo que desconcierta al empresario, más teniendo en cuenta el acuerdo del Parlamento de Galicia (junio de 2007) para realizar "las gestiones necesarias ante Fomento para compatibilizar" el trazado del AVE con la mina. "En pocos días, unos expertos arreglan el cambio", sostiene.

Y es que, según el empresario, hay mucho en juego: una inversión de 60 millones de euros; 160 puestos de trabajo (60 en Serrabal y 100 en las otras factorías); el 80% de las reservas actuales del silicio solar de mejor calidad; unos 145 millones de toneladas de cuarzo en total; la energía fotovoltaica equivalente a la producción de un año de una central nuclear. Si se cambia el trazado, habrá mina para 109 años, "casi una eternidad".

Los 100 metros de protección a ambos lados de la vía implicaría "la desaparición completa, o su reducción al mínimo, del desarrollo fotovoltaico en Galicia", según Villar Mir. De hecho, sostiene que, con las mejores previsiones, restarían unos 6 años de reservas de silicio solar, por lo que sólo garantizaría los 600 puestos de trabajo (las factorías de Ferroatlántica en Sabón, Dumbría y Cee más Serrabal) durante 20 años.

A cambio de variar el trazado del AVE 500 metros, Villar Mir ofrece transformar en Galicia la materia prima extraída de Serrabal en paneles fotovoltaicos (la demanda crece a un ritmo del 30% anual), lo que según él originaría 19.000 puestos de trabajos y 2.300 millones de inversión anuales. Todos estos datos desmienten, a juicio del empresario, los informes que maneja Adif sobre la escasa afección del trazado sobre la mina y a la vez justifican "el respaldo generalizado por parte de trabajadores y sindicatos".