Pilar Mera / A CORUÑA

Ya lo sabían los fenicios, hace tres mil años, cuando las costas gallegas eran parada obligada de sus travesías marítimas en busca del codiciado estaño. El oro por el que los romanos llegaron a desviar el río Sil o la pugna entre nazis y aliados por el estratégico wolframio coruñés son otros ejemplos de la abundante y variada riqueza geológica que alberga el suelo gallego y que se traduce en la tercera producción minera de España.

Las más de 400 explotaciones mineras de Galicia facturaron en 2004 (el último año del que hay datos completos del sector) 526,7 millones de euros, es decir, el 13,9% del total y casi tanto como Andalucía, que pese a triplicar la superficie gallega y a alojar la productiva faja pítica facturó ese año 527,3 millones. Sólo Castilla y

León supera la producción minera gallega, con 545 millones de y el 14,4% del total.

La pizarra y el granito son el máximo exponente del potencial minero de Galicia. De hecho, aquello de que la mitad de los tejados de Europa llevan losa gallega no es ninguna exageración: las canteras de pizarra de esta comunidad autónoma (casi todas situadas en Valdeorras, O Courel y Ortegal) extraen cada año 750.000 toneladas de piedra, el 70% de toda España, y la mayoría van a parar al extranjero, hasta el punto de que Galicia representa el 50% de la producción mundial de pizarra para cubiertas.

Los datos de la Cámara Minera sobre la pizarra, que factura unos 200 millones de euros, son similares a los del granito gallego, que también representa el 65% del que se extrae en España, emplea a casi 4.000 personas y, además, cuenta una importantísima industria transformadora.

La extración de áridos (arena, grava y caliza, entre otros) es otro de los puntos fuertes del sector minero, con 1.500 trabajadores y una facturación anual de 120 millones de euros en 2007.

Pero no sólo de granito y pizarra vive la minería gallega. La mina de magnesita en Rubián (O Incio, Lugo) es una de las más importantes del mundo, el 21% del caolín que se extrae en España para hacer cerámica sale de las explotaciones gallegas (casi todas en la Mariña lucense), y prácticamente toda Galicia es una auténtica reserva de cuarzo (la comunidad aporta el 44% de la producción española), el valioso mineral que se extrae de la mina de Serrabal que bloquea las obras del AVE.

Y a todo eso hay que sumar el carbón que se agotó el año pasado en Meirama y As Pontes y las decenas de yacimientos que fueron explotados en algún momento de la historia, muchos de los cuales la Xunta pretende recuperar ahora.