El compromiso del Gobierno central de concluir el AVE gallego en 2012 se desinfla y el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, ha dejado de mostrarse tan paciente como hasta ahora con la ministra de Fomento. A un gesto de los periodistas el titular del Ejecutivo gallego tomó ayer la iniciativa en un acto en Santiago y arremetió contra Magdalena Álvarez a la que acusó de equivocarse al comparar el proyecto de la alta velocidad en Galicia con las obras de una casa. "Los obreros llegan a casa pero no se sabe cuándo se van", había dicho la responsable de Fomento. El jefe del Ejecutivo gallego quiso dejar clara su irritación tras escuchar las palabras de la ministra en las que aseguraba que es "imposible precisar" fechas para el AVE gallego y que hablar de plazos le ponía "los pelos de punta". "Me temo que probablemente Magdalena Álvarez se confunde de casa y de operarios, cuando hacía esa fabulación ejemplarizante de lo que ocurría en las obras", le espetó Touriño.

Durante la pasada legislatura la ministra de Fomento siempre eludió garantizar un horizonte temporal para concluir el AVE gallego. Su gestión le valió ser sometida a una moción de reprobación en el Congreso, de la que se libró gracias al apoyo del BNG. No fue hasta la pasada campaña electoral cuando el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, comprometió por fin una fecha para la red gallega de alta velocidad: el año 2012.

Sin embargo, tras tomar posesión de nuevo como ministra, Magdalena Álvarez pasó de ser esquiva con las fechas a lanzar directamente jarros de agua fría contra las previsiones establecidas para terminar las obras. Mientras establecía plazos concretos para el resto de las conexiones de alta velocidad de España, sobre el AVE gallego sólo apuntó que era "imposible precisar" fechas porque podrían surgir "incidentes inesperados".

La reacción de Touriño a estas palabras fue contundente. "Voy a ser muy breve, pero muy claro", anunció ayer con evidente disgusto. "Galicia tendrá AVE y no renunciará a los plazos comprometidos", señaló. Según recalcó, "está empeñada la palabra del presidente del Gobierno" y "es de justicia" para esta autonomía.

El vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, se sumó al malestar mostrado por Touriño. "Es evidente que a la ministra se le acabó la política del avestruz y no puede seguir ocultando la cabeza cuando hay compromisos asumidos de los que tiene que dar cuenta", comentó. En opinión del dirigente nacionalista, debe ser ahora Zapatero quien "dé un paso al frente" e insistió en la necesidad de crear una comisión bilateral Galicia-Estado para abordar estos problemas.

El teniente de alcalde de Vigo, Santiago Domínguez, también mostró su preocupación por las palabras de la ministra y le reclamó que acuda a la ciudad para reunirse con empresarios y representantes políticos de la ciudad para concretar los plazos del AVE.

El regidor vigués, Abel Caballero, niega, sin embargo retrasos en la entrada del AVE a Vigo, pese a que la propia Magdalena Álvarez había admitido "problemas". En todo caso, el alcalde le pidió más "esfuerzo" para acelerar la conexión con la Meseta.