X. A. Taboada / Santiago

Los obispos gallegos han alzado su voz, por primera vez, en contra de la asignatura de Educación para la Ciudadanía que el próximo curso comenzará a impartirse en Galicia en segundo de ESO. Los prelados demandan que se paralice su implantación y exhortan a los padres a que recurran a la objeción de conciencia, puesto que se trata de un "medio legítimo" para "defender su derecho" a elegir la formación moral de sus hijos.

Hasta ahora, los obispos gallegos se habían mantenido en un discreto segundo plano, cediendo el protagonismo de la reivindicación y de las críticas a esta asignatura a la Conferencia Episcopal Española, que en los últimos meses se ha manifestado con rotundidad contra Educación para la Ciudadanía. El pronunciamiento de la jerarquía eclesiástica gallega se produce cuatro meses después de la toma de posesión como obisgo de Lugo de Alfonso Carrasco, sobrino del cardenal Rouco Varela, muy combativo con la política educativa del Gobierno.

A menos de cinco meses para que comience el próximo curso escolar, los cinco obispos gallegos -Julián Barrio (Santiago), José Diéguez (Tui-Vigo), Luis Quinteiro (Ourense), Manuel Sánchez (Mondoñedo-Ferrol) y Alfonso Carrasco Rouco (Lugo)- han considerado pertinente emitir un comunicado público firmado por todos ellos en el que recuerdan a los s gallegos cuál es la doctrina de la Conferencia Episcopal, que no es otra que un rechazo frontal a la nueva asignatura promovida por el Gobierno de Rodríguez Zapatero.

"Esperamos que se paralice la implantación de esta asignatura tal como está programada, para respetar mejor los derechos de todos los padres y, en su caso, que se haga posible su adptación en contenidos, objetivos y criterios de conciencia la ideario de los centros religiosos", se recoge en la nota difundida por los obispos.

Para el caso de que ni el Gobierno ni la Xunta decidan dar marcha atrás en su planificación escolar, algo que no sucederá salvo sentencia judicial contraria, los prelados recuerdan a los padres que se pueden oponer recurriendo al derecho de la objeción de conciencia para que sus hijos queden liberados de la materia.

Los obispos gallegos hacen hincapié en que la Constitución garantiza a los padres el derecho de los padres a elegir la formación moral y religiosa para sus hijos y que el Estado "no puede imponer legítimamente una formación moral de la conciencia de los alumnos al margen de la libre elección de los padres, tal como se pretende".

Como argumentos también exponen que la adhesión de los alumnos a los valores fundamentales no se puede alcanzar a través de una "imposición legal" y que además con ello no se consigue asegurar una convivencia en paz. "Educación para la Ciudadanía impone desde instancias políticas una concepción del hombre que contradice el ideario propio de las escuelas católicas", se recoge también en la nota.

Con anterioridad, en el mes de abril, los obispos gallegos ya habían firmado otra nota exhortando a los creyentes que exijan la enseñanza religiosa en todos los centros y no permanezcan "indiferentes". Además, se les reclamaba "atención" para que los valores enseñados a los niños no fueran contrarios sus convicciones morales y religiosas.