Redacción/Agencias / VIGO/ Madrid

La situación de los 23 tripulantes (8 gallegos, 5 vascos y 13 africanos) del Playa de Bakio apenas ha variado en las últimas 24 horas según la información oficial que transmite el Gobierno español. El barco estaría en el mismo sitio desde hace dos días -en un punto indeterminado frente a la ciudad de Obbia- con todos los marineros dentro. Sin embargo, pese a esta supuesta ausencia de novedades, la agencia Reuters informaba ayer de que líderes tribales de la región de Somalia habían enviado a sus milicias para convencer a los piratas de que salgan de sus costas. En caso de que fracasase la diplomacia, se utilizaría la fuerza para expulsar a un barco que se vería desde tierra. Mientras, la fragata española Méndez Núñez abandonó ayer Yibuti para aproximarse al Playa de Bakio, que estaría en todo momento controlado.

Pese a que ya se cumplió el sexto día de secuestro, el discurso del Gobierno español se mantiene en el mismo punto que el primero: la prioridad es la seguridad de los tripulantes y la única vía que se sigue es la diplomática. Pero la sensación es que el caso está encallado y va para largo. La propia vicepresidenta Teresa Fernández de la Vega contribuyó a consolidarla con su declaración: "No hay ninguna novedad especial". Pese a todo, De la Vega reclamó "confianza" a los familiares.

A este mensaje, que se repite tanto desde Madrid como desde la Xunta, se le añade un segundo: el estado de los marineros es bueno. "Se encuentran perfectamente", aseguró el secretario general de Pesca, Martín Fragueiro. La versión que transmiten las familias es menos entusiástica:"Están cansados y desanimados".

La situación, sin embargo, se ve de forma muy diferente desde Somalia. Según un despacho de la agencia Reuters, el pesquero fue avistado cerca de la localidad de Hoybo, situada en la región de Mudug, en el centro del país, después de que fuera expulsado de otra ciudad, Haradheere. Ambas poblaciones sirvieron en el pasado como bases para los piratas que abundan en las aguas somalís. "El barco está ahora en Qayrqabe... Llegó aquí después de que fuera expulsado de Haradheere", explicó Aweys Ali Said, presidente de la región de Mudug: "Está cerca de nosotros y se puede ver desde la costa", ratificó.

Ali Said advirtió de que los líderes tribales no descartan utilizar la fuerza si los medios diplomáticos para echarles fracasan. "Nuestros ancianos les convencerán para que dejen nuestra zona, y si es necesario nuestras tropas tienen la autoridad de disparar y echarles", amenazó.

Una vez más, ningún portavoz oficial del Gobierno ratificó o negó la versión de la agencia.