Redacción / Baiona / Cangas

La tensión empieza a pasar factura a los familiares de los marineros gallegos del Playa de Bakio, al menos a los del patrón del pesquero, Amadeo Álvarez, que solicitaron la ayuda de una allegada, Milagros Jonte, para actuar como portavoz. "Están cada día que pasa más preocupados, más cansados y con más incertidumbre sobre lo que está sucediendo y lo que puede pasar", aseguró Milagros, quien confirmó que Amadeo volvió a llamar a primera hora de la mañana de ayer a su casa, en el barrio baionés de A Percibilleira.

"Dijo que estaban bien, en el barco, aunque un poco desanimados porque aún no no ven claro cuándo puede producirse el final del secuestro ", explicó la portavoz de la familia. Aunque el patrón del barco trató de tranquilizar a sus allegados y a pesar de que las autoridades y la casa armadora les aseguran que el operativo de rescate se está desarrollando de forma favorable, el temblor de voz del marinero percibido en la última comunicación con su mujer no ha contribuido a tranquilizarles. "Suponemos que están bien, dicen que les tratan bien, pero hasta que no les liberen nadie es capaz de descansar y los nervios de todos están a flor de piel", aseguró Milagros Jonte.

Ángel Fernández Fernández, el contramaestre del barco, volvió a ponerse ayer también en contacto con sus familiares, residentes en Baiona. "No pudo hablar mucho, simplemente dijo que se encontraban todos bien y que no había ningún herido", señaló Daniel Fernández, hijo del marinero. Sin embargo, tras dos días sin noticias de él, para los familiares escuchar su voz al otro lado de la línea supuso una inyección de fuerza para conservar cierta calma durante la espera. La tranquilidad llegará únicamente cuando Ángel regrese a casa. Mientras, su hijo advierte que se sienten "cansados" y en ocasiones, incluso, "molestos" con la presión.