La Misión de España ante la ONU informó hoy de que ha comunicado oficialmente al Consejo de Seguridad el caso del pesquero español asaltado en aguas de Somalia para que lo tenga en cuenta en la elaboración de medias en contra de la piratería en esa región de África.

El embajador español ante la organización multilateral, Juan Antonio Yáñez-Barnuevo, informó de las circunstancias del incidente en una carta enviada al presidente de turno del Consejo, el embajador sudafricano Dumisani Kumalo.

"Las autoridades españolas desean trasladar esta información al Consejo de Seguridad con el propósito de contribuir a los trabajos y deliberaciones que el Consejo viene manteniendo" sobre las actividades ilícitas contra el transporte marítimo que ocurren frente a la costa de Somalia, asegura la carta fechada el 23 de abril.

La misiva divulgada hoy recalca la opinión del Gobierno español sobre "la necesidad de que la comunidad internacional actúe de manera conjunta y coherente, bajo la égida de Naciones Unidas, a fin de prevenir y castigar actos de esta naturaleza".

El embajador español destaca que las acciones de estos piratas "ponen en peligro la llegada y distribución de ayuda humanitaria, contribuyen a la desestabilización de la región y constituyen una amenaza para la seguridad del tráfico marítimo internacional".

Francia y Estados Unidos tienen previsto proponer un proyecto de resolución al Consejo de Seguridad que autorizaría la persecución de estas embarcaciones piratas hasta el interior de las aguas territoriales somalíes.

El texto bajo consideración permitiría continuar la persecución de cualquier embarcación involucrada en actividades de piratería si se refugia en aguas territoriales de Somalia.

La única condición sería que la nave de la Marina extranjera que participe en la persecución obtenga el permiso del Gobierno somalí y de Naciones Unidas para entrar en las aguas territoriales, según las mismas fuentes.

Estados Unidos y Francia cuentan con una presencia naval permanente en la zona como parte de la operación antiterrorista estadounidense "Libertad Duradera".

La carta del embajador Yáñez-Barnuevo transmite la condena del Gobierno español al apresamiento del atunero "Playa de Bakio" y expresa "el más ferviente deseo de que lamentables incidentes como éste no se vuelvan a producir".

El resto de la misiva expone los detalles del asalto al barco pesquero ocurrido el pasado 20 de abril a 230 millas de la costa de Somalia "por elementos no identificados".

Asegura que la docena de asaltantes dispararon contra el atunero con un lanzagranadas, lo que causó "graves daños materiales al buque, aunque sin afectar a su navegabilidad ni causar daños personales".

La carta señala que el Gobierno español se puso en contacto con el Gobierno Federal de Transición somalí, así como con la Unión Africana y "otros Gobiernos interesados" para buscar una resolución pacífica del incidente.

Además, agrega el texto, se destacó una unidad de la Marina española "con el objeto de realizar un seguimiento más estrecho del desarrollo de la situación".

Más seguridad

La estrategia bifronte que ha puesto en marcha el Gobierno español para intentar liberar a los 26 marineros (13 africanos, 8 gallegos y 5 vascos) del atunero Playa de Bakio vivió ayer un nuevo episodio. Mientras el embajador en Kenia, Nicolás Martín Cinto, llegaba a Mogadiscio para lograr el apoyo del Ejecutivo somalí en este conflicto, el Ejecutivo también anunciaba el envío a la zona de un avión de combate P3M Orion, dotado con un potente sistema de reconocimiento marítimo. Este aparato se suma a la fragata Méndez Núñez, con 200 tripulantes, a un grupo de agentes del Grupo Especial de Operaciones (GEO) y seis agentes del Centro Nacional de Inteligencia, como ayer adelantó FARO.

En paralelo al despliegue diplomático-militar español, la armadora del barco apresado inició la negociación en busca de un acuerdo que en principio pasaría por el pago de un rescate cuya cuantía todavía no se ha concretado, pero que algunas fuentes sitúan en el millón de euros.

Según la propia armadora y el Gobierno español, el estado de los marineros capturados es bueno. Éstos deberían estar todavía en el propio barco frente a las costas somalís, aunque ayer circulaban persistentes rumores de que la tripulación hubiese sido llevada a tierra, en donde los piratas somalís podrían defenderse y protegerse mucho mejor de una posible acción militar, española o del propio ejército somalí.

¿En tierra o en el barco?

El antecedente de dos ataques de los Ejércitos francés y estadounidense que actuaron contra los piratas una vez que liberaron a los cautivos podría pesar de forma determinante en esa posible reacción. Además, el silencio del ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, cuando se le preguntó por esta circunstancia contribuyó a consolidar esta hipótesis que nadie quiso confirmar.

En todo caso, tanto el Gobierno español como el embajador desplazado a la zona y la propia casa armadora parecen haber asumido que la cautividad de los marineros todavía se prolongará unas cuantas jornadas. La primera declaración de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega sobre una resolución "rápida y feliz" del secuestro se ha quedado, a la vista de los hechos, en una mera declaración de intenciones.

El ministro Moratinos insistió ayer en que "el objetivo es determinar la mejor manera de resolver este caso", dando a entender que todavía no se ha tomado una decisión firme, sino que se trabaja sobre diferentes posibilidades.

Para certificar el buen estado físico de los marinos, el titular de Exteriores se refirió a las conversaciones que éstos mantienen con sus familiares, aunque se mostró un tanto ambiguo al asegurar: "Dentro de la situación dramática que están viviendo, están tranquilos y bien".

El embajador Martín Cinto se reunió con el primer ministro del país africano, Alí Mohamed Gedi, de quien recibió una promesa de total disposición. Sin embargo, el rescate de los marineros se complica sobremanera por las circunstancias políticas de Somalia, un país caótico."El problema de Somalia es que es un Estado en descomposición, un conjunto de pequeñas provincias donde cada una está dirigida por un príncipe o un sultán, así que es difícil saber con quién debes negociar", explicaba ayer a FARO un diplomático buen conocedor del Cuerno de África. "Sólo el hecho de que el embajador haya llegado a Mogadiscio, tal y como está la cosa por allá, es toda una proeza", añadió.