La posibilidad de hacer frente a los secuestradores ni siquiera se le pasa por la imaginación a Carlos. "Nosotros somos pescadores y en los barcos no tenemos armas. Además no valdría de nada, ellos están muy bien armados y preparados", asegura. La situación más parecida en la que se encontró fue hace unos tres años, en Irán. "Se acercó un barco y cuando vimos lo que había, tiramos hacia adelante y escapamos", recuerda.

La presencia de los piratas en el conocido como Cuerno de África ha obligado a cambiar las rutas de los pesqueros. "Antes

salías del Mar Rojo y bajabas haciendo una línea recta, dentro de las aguas territoriales de Somalia. Pero ahora bordeamos las islas de Socotra (pertenecientes a Yemen) y salimos fuera de las 200 millas, lo que supone más horas de viaje ", cuenta Jesús.

El marinero cangués confía en que la situación se resuelva pronto y que su hermano vuelva pronto a casa. "Si se involucran el Gobierno y la UE, la empresa podrá reunir el rescate que le pidan". Por eso espera que a partir de ahora el Estado español tome en serio las reivindicaciones del sector atunero.