Redacción/Agencias / VIGO/ Madrid

Es sólo cuestión de dinero. El secuestro el domingo frente a Somalia del atunero vasco Playa de Bakio pretende ser utilizado por los piratas del mar para financiarse. El trato es sencillo: dólares a cambio de los 26 tripulantes, 13 españoles (8 gallegos). "No problem, this is money", aseguraba ayer un captor a una emisora de radio española. A la espera de acontecimientos, los trabajadores del atunero confirmaron vía telefónica su buen estado de salud, mientras el Gobierno español desplegaba una intensa actividad diplomática en busca de una "rápida y feliz solución" del conflicto, según la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega. Al mismo tiempo la fragata Méndez Núñez comandada por el capitán de navío vigués Eugenio Díaz del Río, que navegaba por el Mar Rojo, recibió la orden de acudir al encuentro del barco secuestrado. Las previsiones apuntan a que tardaría dos días en llegar a la zona.

Los ocho tripulantes gallegos secuestrados son: Ignacio Abal González, patrón de costa; Amadeo Álvarez Gómez, patrón de pesca; Jesús Albar Silva, engrasador; José Manuel Vaz Márquez, jefe de máquinas; Ángel Fernández, contramaestre; Jesús Pillado Santos y Cándido Senra Lorenzo, marineros. Todos los tripulantes que pudieron contactar con sus familias certificaron su buen estado de salud y la ausencia de heridos, como en un principio se había conjeturado.

Horas después de conocerse la noticia, el Gobierno español constituyó una célula de seguimiento presidida por el jefe de Estado Mayor de la Defensa y compuesta por altos cargos de los Ministerios de Defensa, Exteriores y Medio Ambiente y Rural. Además, la Xunta y el Gobierno vasco tienen dos representantes.

Mensaje de tranquilidad

De la Vega envió un mensaje "de acompañamiento y tranquilidad" a los familiares de la tripulación, a quienes también expresó la esperanza de que todo quede resuelto de forma "rápida y feliz".

El hecho de que los secuestrados realicen una exigencia económica es un dato positivo para el Gobierno español a la hora de buscar una salida al problema. Así, representantes de un Consejo de Ancianos de Somalia están intentando mediar en el secuestro, según aseguró desde Kenia Andrew Mwangura, director del Programa de Asistencia a Navíos del Este de África, una entidad que sigue los actos de pirateo que se producen en Somalia. Sólo en el último año se registraron 30 ataques a barcos que transitaban por la zona, con 11 secuestros y 150 rehenes. En la mayoría de los casos tienen un móvil económico, y son representantes de los Consejos de Ancianos, respetados en Somalia, los que se encargan de mediar. Ayer mismo otros dos barcos fueron asaltados. Además, agentes franceses liberaron el 12 de abril a los 30 tripulantes del velero de lujo Ponant, secuestrados desde hacia una semana frente a las costas de Puntland, y capturaron a seis piratas.

Según Mwangura, los atacantes son oriundos de Bareda, en la región de Puntlandia, en cuyas costas se registran la mayoría de los actos de piratería. Será su consejo de ancianos el que trate en el asunto. Eso explicaría que los piratas estén llevando la embarcación hacia la población de Obbia, a mitad de camino entre Bareda y la capital somalí, Mogadiscio.

Somalia no cuenta con un Gobierno central desde el derrocamiento en 1991 del dictador Mohamed Siad Barré.

Por otra parte, el diputado del PNV Josu Erkoreka asegura que el Gobierno no ha hecho "absolutamente nada" para garantizar la seguridad de los atuneros y ha denunciado la "ligereza" e irresponsabilidad" del Ejecutivo a pesar de las iniciativas planteadas por su grupo.