Estoy bien. De momento todos estamos bien. No hay nadie herido". Con estas palabras el baionés Amadeo Álvarez Gómez, patrón de pesca del atunero Playa de Bakio, secuestrado por los piratas frente a las costas de Somalia, tranquilizaba ayer por la tarde a su mujer. "Me dijo que le habían permitido hacer una llamada, aunque muy corta. Estaba muy nervioso y no le dejaron decir nada más", explica. La familia de Álvarez Gómez considera que él y el capitán del congelador, el marinense Antonio Rodríguez Lois, están en el puente con los cuatro secuestradores armados que les abordaron y se ocupan de las comunicaciones para negociar el rescate, pero no se fían de lo que dicen los piratas.

"Dudo sobre el verdadero estado de salud de los 28 tripulantes", indica Rosa Álvarez tras la conversación con su padre. "No estoy tranquila no me fío de lo que dicen y las familias estamos muy angustiadas", explicó al recordar que en contactos telefónicos con medios de comunicación los marineros han revelado que no les están tratando "demasiado bien".

Los piratas aseguran que óolo pretenden dinero para liberar a los rehenes y al barco. Radio Nacional de España contactó ayer de madrugada con el capitán, quien declaró: "Estamos bien todos y, bueno, no hay problemas, de momento no hay problemas". La llamada fue atendida inicialmente por uno de los secuestradores somalís, según esta emisora, quien confirmó en un inglés muy rudimentario que todos los tripulantes del buque están bien, y pedía algo más de tiempo para poder expresarse y hablar con las familias de los secuestrados.

El secuestrador intentó justificar su acción explicando que los cuatro asaltantes pertenecen a la milicia somalí y que atravesaban por una situación de carestía. Además, aseguró que su objetivo es que todo se solucione y que, en cuanto les fuera entregado el dinero del rescate, no habría problemas: "No problem, this is money", repitió.

Las numerosas llamadas realizadas desde España al Playa de Bakio causaron momentos de gran tensión e incluso peligro a bordo. "No nos llamen, nos están controlando", reclamaba uno de los marineros a otra emisora.

"Está todo muy tenso y su vida está en peligro. Si quieren ayudar no llamen al barco. Nosotros no podemos hacerlo, nos lo ha pedido la armadora por razones de seguridad", explicaba el hijo del contramaestre baionés Ángel Fernández Fernández muy nervioso ante la falta de noticias.

El resto de los marineros gallegos son Jesús Albar Silva vecino de Poio, José Manuel Baz Márquez, de A Guarda; Jesús Pillado Santos, de Cangas, Cándido Senra, de Nigrán e Ignacio Abal González, de Marín.

Otros cinco tripulantes proceden del País Vasco. Son Mikel Arana Iñarra, Jaime Francisco Candamil, Gotzon Clemos, Iñaki López Urkiola y Juan Pedro Sesma Urreti, y los otros 13 son originarios de Ghana, Senegal, Madagascar y Sheychelles.

Las familias confían en las gestiones de la armadora y el Gobierno español para que la situación se resuelva con agilidad y los tripulantes del Playa de Bakio regresen a casa cuanto antes. Mientras tanto, familiares de los marineros de Baiona, se reunían ayer en casa de patrón de pesca para darse ánimos. En sus domicilios siempre hay alguien atento por si suena el teléfono, y también están abiertos los ordenadores, por si alguno de los marineros logra enviar un correo, ya que habitualmente se comunican vía e-mail.