"Si el vino pierde su estatus se defraudará un enorme esfuerzo del sector para enseñar a beber con moderación, para mejorar, y se causarán perjuicios económicos y sociales graves".- "Creo que la represión puede producir efectos contrarios e incrementar el consumo de productos baratos, como en el "botellón"; el que bebe vino en general, busca calidad y no excesos"