No hay cifras oficiales. Es prácticamente imposible tener una estadística al día del número de enfermos terminales en Galicia, aunque las estimaciones que manejan las autoridades sanitarias de la comunidad se mueven entre los 3.000 y los 5.000. Pensando en ellos, la Xunta estrenó en 2006 el Plan Galego de Coidados Paliativos. El objetivo, que estos pacientes tengan garantizada una atención integral y continua. Hasta el 70% reciben tratamientos especializados en sus casas, con lo que la participación de los médicos de cabecera es fundamental. Por eso, durante este año, la Consellería de Sanidade pretende doblar el número de facultativos de Atención Primaria que tengan formación especializada en trabajar con personas afectadas por cánceres o dolencias degenerativas para las que ya no existe una cura.

Los doctores de los centros de salud que se integran en la red gallega de cuidados paliativos funcionan a modo de consejeros, de guías en la zona en la que trabajan, donde se implican e implican al resto de facultativos en la adopción de este tipo de tratamientos, muchas veces desconocidos. Sirven además como enlace con los equipos que se encargan de atender a los pacientes terminales en sus casas -hay actualmente 14 en Galicia- y con las unidades de los siete grandes hospitales gallegos donde se trata exclusivamente a enfermos terminales. El Sergas quiere extender el servicio también a los hospitales comarcales que no lo tienen -funcionan en Burela, O Barco de Valdeorras y Monforte de Lemos- durante el segundo semestre del año. Serán equipos de soporte, que atenderán en todas las especialidades, sin que haya un área o un número de camas específicos.

Como médicos de referencia en cuidados paliativos en Atención Primaria trabajan actualmente en Galicia 25 facultativos. La intención es llegar a 50 a corto plazo, en los próximos meses, para disponer luego, al menos, de uno en cada localidad gallega que es cabecera de servicios sanitarios. La Consellería de Sanidade seguirá formando al resto de trabajadores sanitarios -enfermeras, celadores, etc.- para las tareas que implican estos cuidados. El pasado ejercicio pasaron por cursos medio millar de profesionales de la comunidad.

"Antes -cuenta Francisco Barón, coordinador del Plan Galego de Coidados Paliativos- esta atención se prestaba de diferentes formas, sin un criterio único. Ahora, con la participación de toda la cadena de profesionales la labor se hace de una forma más organizada". Todo el sistema, añade, interviene en el éxito del programa, pionero en España, precisamente, por la implicación de la red de atención sanitaria al completo. Los propios colegios de médicos señalan que, salvo Cataluña, ninguna comunidad llega al nivel de Galicia.

La formación en cuidados paliativos que se está impartiendo en la comunidad no tiene en cuenta sólo los tratamientos a dar a un enfermo o la atención estrictamente sanitaria que se necesita. También la actitud. Ante la "tecnificación de la medicina", este servicio pretender recuperar la "humanidad en el trato". "Los adelantos técnicos muchas veces te apartan del contacto directo, el aspecto básico de la medicina", recuerda Francisco Barón. Algo tan sencillo como hablar y escuchar. "El enfermo está asustado y necesita ayuda del médico. En este contexto, con un paciente sin curación, la medicina médica ya no es tan importante, pasa a un segundo plano".