Era la estrella de la noche y como tal fue recibido. Dos mil personas, espoleadas por una música ascendente, recibieron con aplausos a un pletórico Mariano Rajoy, que antes de acceder al recinto ferial de A Xunqueira en dónde le esperaban 2.000 militantes y simpatizantes para compartir anhelos, parabienes y mesa y mantel, se acercó a las cocineras que tenían todo dispuesto para el ágape.

Fue la primera muestra de la cercanía y familiaridad que ayer quiso transmitir el presidente nacional del PP en el "xantar" de confraternidad en el que los asistentes expresaban su apoyo incondicional al líder popular y éste su agradecimiento a los pontevedreses y gallegos en general por seguir confiando en él, por hacer del PP, una vez más, la fuerza más votada en la provincia y en la comunidad.

Inusualmente Mariano Rajoy apeló a su historia personal y política, a su vinculación con Pontevedra y a sus deseos más íntimos (entre ellos el de ser presidente del PP y presidente del Gobierno) para ganarse a un auditorio que ya tenía ganado de antemano. Múltiples besos, abrazos, sonrisas y felicitaciones habían jalonado su "paseíllo" hasta el estrado: Setenta metros que tardó más de cinco minutos en recorrer.

Al Mariano más íntimo, al que gana en las distancias cortas, también se refirió el presidente de los populares gallegos, Alberto Núñez Feijóo, al vaticinar que dentro de cuatro años será presidente del gobierno de España: "en Galicia y en Pontevedra, somos mayoría, porque allí en donde te conocen, te votan más".

También el telonero del acto, el presidente local del PP, Telmo Martín, aludió en su brevísima intervención al hombre, al Mariano Rajoy que millones de españoles conocieron en la noche electoral: el marido que abrazado a su mujer afrontaba el sinsabor de la derrota.