Desde que se aprobó la última reforma laboral, se han visto claro no dos posturas, sino tres. Mientras que el Gobierno defendía la vigencia y los beneficios de la misma, insistiendo que sin ella el resultado hubiera sido una pérdida mayor de empleo, los sindicatos la critican por la pérdida de derechos que ha supuesto para los trabajadores mientras que los empresarios y muchos organismos internacionales han apoyado en distintas declaraciones que se hicieran más pasos al considerar que se quedaba corta en muchos de sus puntos.

Uno de ellos ha sido sin duda los contratos, y por ello es normal que tras el anuncio de la reducción de las 41 modalidades actuales a tan sólo 5, las reacciones hayan sido tan diferentes. Para los sindicatos lo consideran una "burla" o un "regalo para los empresarios" mientras que la CEOE acoge con "entusiasmo y positivamente" esta reforma y la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) ve necesaria la reducción y simplificación de los contratos.

Dos caras de la moneda

Con la esta reducción sólo quedan las siguientes modalidades:

  1. Indefinido.
  2. Temporal.
  3. De relevo.
  4. En prácticas.
  5. De formación y aprendizaje.

Empezando por el final, los contratos en prácticas, el de formación y aprendizaje son modalidades muy cuestionadas, en cuanto por un lado en teoría buscan ayudar a que los trabajadores jóvenes entren en el mercado laboral, son criticados por ofrecer en las prácticas condiciones no del todo favorables al trabajador y si para el empresario, sin que haya una continuidad en el contrato a otro indefinido. Se mantiene el contrato por relevo, una modalidad muy utilizada para sustituir a empleados que se prejubilen, una práctica muy utilizada y se mantienen dos, que cada vez estrechan más sus diferencias, el contrato temporal y el indefinido. Y es que en la medida en que se reducen las indemnizaciones por improcedencia (y se reclaman que sean más aún) y por tanto se abarata el despido, las ventajas de este tipo de contrato para el trabajador van siendo menores.

Las rigideces del contrato indefinido a la hora de reducir plantilla ofrecen también más de dos caras, y es un claro ejemplo que simplificar una normativa a veces genera puntos de vistas contrarios. Para un trabajador, en un mercado tan poco móvil como el Español, tener una indemnización por improcedencia le facilita un pequeño "colchón" para poder su sostén económico hasta que salga de su situación de desempleo, reducirlas o eliminarlas sólo serían compatibles en un mercado laboral que absorbiera rápidamente la destrucción de empleo, y este no es el caso. Pero también ante la flexibilidad del despido por parte de los empresarios encontramos una dualidad, por ejemplo, si una gran empresa tiene que pagar 33 días por despedir a un trabajador no le supone un gran coste, si hay que reconocer que para una pequeña cuyas circunstancias económicas cambian radicalmente si puede serlo.

El fin del contrato por obra y servicio determinado

Esta reducción sí supone la eliminación de uno de los contratos más usados, el de obra y servicio determinado. Con su fin, buena parte de estos contratos se sustituirán con la de modalidad temporal y no con la indefinida, lo que no ayudará a mejorar la precariedad en la contratación. Es más, si se desconoce cuándo se termina de realizar un determinado trabajo (por ejemplo es muy común estas modalidades en programas de televisión o en tareas periodísticas en general) es muy probable que se aumenten contratos temporales de corta duración que no obliguen a pagar indemnizaciones una vez terminada estas.

Pero como siempre el camino se demuestra andando, y cuesta. Mientras que la reforma laboral es un desastre para unos, para otros ha disminuido el impacto de la reducción de empleos. Lo mismo pasará con los contratos, seguramente nos encontremos en los siguientes meses y años análisis distintos, pero aquí la realidad marcará si la precariedad laboral es mayor o menor que actualmente. Aunque más que contratos lo que llevará a mejorar nuestro mercado laboral será el crecimiento económico ayudado por políticas activas de empleo que en todos estos años han sido tan costosas como no efectivas.

Antonio Gallardo, iAhorro.com. Analizar, simplifica