Con las últimas medidas del actual gobierno, recortes y más recortes en servicios públicos, aumento de impuestos, reestructuración bancaria, etc, vuelve inevitablemente el fantasma de un posible corralito español.

A nuestro modo de ver ya se vivió un corralito a la española con la comercialización masiva de productos financieros complejos como fue el caso de las participaciones preferentes.

Pero evidentemente las soluciones no se ven en el acto y parecen que no serán perceptibles en corto plazo, todo lo contrario, ahora se habla de que tocaremos fondo o que España no crecerá incluso en el 2013.

Todo esto lleva a un razonamiento inductivo inevitable, si el dinero no alcanza a través de impuestos, si la opción de seguir endeudándose al parecer está llegando a su fin y el Banco Central Europeo decidió no seguir inyectando dinero ¿de dónde saldrán los recursos necesarios para seguir funcionando como país?

Haremos un paralelismo, salvando las diferencias, con lo que pasó en Argentina hace una década. Argentina es un país que sufrió continuos déficit públicos desde los años ´60 y ´70. Pasó por periodos inflacionarios e hiperinflacionarios, en todos los casos consecuencias de esos desajustes económicos continuos. Se atendió a cambios de moneda continuos pasando del "Peso argentino", por el "Austral" y nuevamente el "Peso", todas monedas que tenían el mismo destino, su impresión desmedida para hacer frente a tanto gasto público y su consecuente desvalorización frente a monedas fuertes extranjeras como el dólar.

Un país técnicamente no puede quebrar, tiene muchas posibilidades antes de llegar a estos extremos. Puede:

1. Aumentar los impuestos

2. Endeudarse: Letras del Tesoro, Bonos u Obligaciones del Estado, con los cuales lo que hace es pedir dinero prestado a sus ciudadanos y mercados internacionales para pagar los gastos en que se incurren por encima de lo que se recauda a través de tributos

3. Pedir dinero a organismos internacionales como el FMI

4. Y como último recurso "Emitir papel moneda". Es el peor recurso al que puede recurrir, a la omnímoda potestad de imprimir billetes de curso legal sin respaldo, lo que se conoce como "Emisión monetaria" que no es más que ordenar al respectivo Banco Central que imprima billetes para tratar de cubrir esos déficit.

Toda esta encrucijada desembocó en el año 2001 en el famoso Corralito Argentino. Los argentinos dejaron de creer y se llenamos de desconfianza e incertidumbre. Cuando esto sucede en un país, la gente se apresura a quitar sus ahorros del sistema bancario. Todos los argentinos decidieron sacar su dinero de los bancos, que evidentemente no pueden hacer frente a todas las peticiones, debido básicamente a que el dinero está prestado y en muchos casos a largo plazo.

Pero el Gobierno ordenó no entregar el dinero a sus dueños (por miedo al colapso financiero). Se había instaurado un corralito, es decir, habían encerrado en un corral los ahorros de los ciudadanos.

Sin embargo y a pesar de que hay que nutrirse de las experiencias del resto de los países del mundo, España forma parte de una Unión Económica y Monetaria, la UE, que obliga a los gobiernos de sus Estados miembros que cumplan con límites en el déficit por haber unificado la moneda, justamente para evitar esta clase de flagelos (Déficit-Emisión-Inflación).

En nuestra opinión profesional es que no hay razones de peso para temer un corralito similar al de Argentina; son casos muy diferentes, pese a algunas similitudes.

Seguramente el ahorrador medio siente miedo fruto de la desconfianza, pero nuestra recomendación es que debe incrementar su interés por buscar información sobre el momento económico que vive España y la Unión Europea.

Y barajamos la posibilidad remota de un corralito pero para esto estamos seguros de que España debiera de ser expulsada del Euro, debiéramos de volver a la antigua moneda para recién tomar medidas tan extremas como la emisión monetaria o un corralito.

La salida de España de la Unión Monetaria Europea (la Zona Euro) es una posibilidad remota pero a tener en cuenta; sin embargo esta transición, con casi toda seguridad, se produciría de forma ordenada y con garantías para los ahorradores. En este caso, el riesgo para nuestros ahorros es pasar de tener euros a pesetas, con el correspondiente empobrecimiento respecto al exterior.

Para protegernos de este posible escenario hay varias opciones, ninguna exenta de peligro, entre las que se encuentran:

1. Abrir una cuenta en dólares en España, o en otra divisa como el franco suizo.

2. Abrir una cuenta en euros en Alemania o una cuenta en otra divisa en bancos extranjeros.

3. Comprar oro.

4. Invertir en acciones de empresas extranjeras.

5. Comprar participaciones en fondos de inversión, sean de renta fija, variable o que inviertan en empresas mineras o ETFs que repliquen el oro de gestoras extranjeras, por ejemplo (esto es muy sencillo, hay brokers de bancos que nos lo permiten sin apenas trámites).

Todas estas posibilidades conllevan el peligro de perder dinero, cosa probable si no se invierte con los debidos conocimientos o asesoramiento.

A nuestro entender la opción más probable es que España siga en el Euro, a cambio de duros planes de ajuste, más tributos y menos servicios públicos. Para el ahorrador, en principio, el peligro está en que se aumente la imposición sobre los rendimientos del capital mobiliario.

No tenga miedo, el miedo es un mal consejero. Acuda a expertos en finanzas internacionales, si quiere calibrar las posibilidades y escenarios. O a un asesor de inversiones para diversificar sus inversiones.

iAhorro.com entiende que los ahorros de los españoles están garantizados, en primer lugar por las propias entidades financieras, en segundo lugar por el Fondo de Garantía de Depósitos (que garantiza las cuentas y depósitos de cada titular y banco por una cantidad de 100.000 euros) y, en caso de una salida pactada del euro, por los mecanismos que los países activarán para evitar una indeseada merma de los ahorros de sus ciudadanos.

Sin embargo lo que si ocurriría en caso de que se rompiera el euro es que nuestros ahorros en euros se transformarían en pesetas (o la divisa que fuera), con un determinado tipo de cambio respecto a las demás divisas europeas y mundiales. Dado que el tipo de cambio de una moneda se determina por la fortaleza y capacidad de generar riqueza de un país, está claro que la peseta perdería valor respecto al marco alemán, por ejemplo. Y ello significaría que seríamos, de golpe, más pobres que los ciudadanos de los países europeos más prósperos.

Vivimos unos momentos muy preocupantes desde el punto de vista económico pero el miedo nunca es un buen consejero. España es un país que, pese a las dificultades, tiene una fortaleza económica suficiente para que estemos relativamente serenos. Sacar el dinero de los bancos en este momento empeoraría las cosas, no estaríamos ayudándonos a nosotros mismos. En todo caso no hay que hacer ningún movimiento financiero sin habernos asesorado previamente con expertos independientes.

Luis A. Cabezas

iAhorro.com, comparador de ahorros