Muchos son los productos que podemos escoger, dentro de la gama del sector del ahorro, que ofrecen las diferentes entidades financieras y que sean destinados para que canalicemos parte de nuestros ahorros para completar en el futuro nuestra jubilación.

Cada uno posee unas características determinadas en cuanto a la fiscalidad que ofrece, la rentabilidad a futuro, el sistema de aportaciones que se debe de tener,…, pero todos persiguen el mismo objetivo de que al vencimiento del mismo (si es que poseen este) o bien llegada la edad de jubilación del titular, este pueda acceder al cobro de una renta (periódica o pago único) que le ayude a completar la pensión que le quede tras sus años de trabajo vía Seguridad Social.

Desde esta gran variedad de productos, no nos podríamos decantar por cual es mejor, ya que consideramos que para eso cada ahorrador debe de analizar su situación personal, su situación actual y posible situación futura, de cuál es su disponibilidad de dinero mensual (o cada qué plazo ) para poder dedicarla al ahorro para su jubilación.

Cada cliente posee un perfil y unas características determinadas que condicionarán la elección de un producto u otro como mejor alternativa. Planes de pensiones, Planes de Previsión Asegurados (PPA), Planes de Jubilación, Planes de Ahorro Sistemático (PIAS), Seguros de jubilación, etc; la oferta es múltiple y variada dando liquidez diferente, tratamientos fiscales distintos y rentabilidades distintas en función del producto elegido, cantidad destinada al ahorro y plazo del mismo.

Los Planes de Pensiones y los Planes de PensionesPlanes de Previsión Asegurados son más para perfiles de ahorradores que no poseen capital para aportar ahora mismo, pero que si disponen de unos ingresos mensuales que les permite destinar regularmente una cuantía a estos productos, cara a la jubilación. Tienen un tratamiento fiscal ventajoso, ya que las cuantías que se aporten anualmente son objeto de deducción en la declaración de la reta de los titulares de estos productos, pero como contraprestación son productos con poca iliquidez, ya que no se recupera el dinero hasta llegada la jubilación (salvo casos excepcionales).

Un Plan de Ahorro Sistemático (PIAS) o un Plan de Jubilación, son productos también pensados en el futuro y la jubilación, pero poseen una liquidez que no tienen los dos productos anteriores en caso de que el titular necesitase de su dinero antes de llegar la jubilación. Los PIAS tienen ventajas fiscales en el momento de cobrar la prestación final, con una novedad interesante ya que transcurridos 10 años desde la primera aportación, si el cliente opta por constituir una pensión vitalicia con el capital acumulado: el rendimiento generado durante todos estos años queda exento de tributación, así como que la renta obtenida tributa como una pensión vitalicia inmediata, es decir, disfruta de significativas reducciones fiscales en función de la edad del cliente en el momento de contratar dicho plan de ahorro, igual que en los Planes de Jubilación.

Mientras que los estos, durante la fase de aportaciones y la vigencia del producto no poseen ninguna incidencia fiscal. Las primas aportadas no dan lugar a deducción en la cuota del IRPF. Se cambia liquidez por beneficios fiscales en este caso. Hay quien comercializa los denominados Seguros de Jubilación, que vienen a ser lo mismo que los Planes de Jubilación pero con otra denominación, que son Seguros de Vida que incluyen un sistema planificado de ahorro mediante el cual se obtiene un capital garantizado al vencimiento, que se incrementará mediante la participación en los resultados de las inversiones de la Compañía a la que se lo contrata.

Cada producto se adapta a las características personales y profesionales de cada ahorrador y adecuar el producto a escoger a su perfil ahorrador.