Irlanda del Norte logró una victoria histórica, su primera en una fase final de una Eurocopa, al superar de manera brillante a una inoperante selección Ucraniana que se complica mucho su permanencia en el torneo.

Un gol de McAuley nada más comenzar la segunda parte y otro de McGinn en el último suspiro del partido fue la merecida recompensa que logró el combinado norirlandés por el imponente juego físico y correoso que desplegó durante todo el encuentro.

Era un partido en el que los dos equipos se jugaban la supervivencia en un grupo, el C, en el que figuran como favoritos alemanes y polacos. Ucrania se estrelló ante el bloque granítico británico contra el que nunca había perdido.

Una enorme granizada obligó al árbitro a parar el encuentro durante unos minutos.