Hoy en día, los mismos colegios ofrecen a los niños la posibilidad de elegir entre una amplia gama de actividades extraescolares. Es una forma de ayudar a los pequeños a relacionarse mejor y a conocer a nuevos compañeros de juegos, entre otras cosas. A la hora de elegir hay que tener en cuenta sus gustos, así como el carácter del niño.

Lo más habitual es apuntar a nuestro hijo a alguna actividad deportiva a la hora de elegir una actividad extraescolar. Fútbol, baloncesto, balonmano... los deportes de equipo son una buena opción para niños con problemas para relacionarse con los demás, y también les servirá para mejorar su forma física.

Las actividades artísticas, como el teatro, la pintura o el ballet, por ejemplo, les ayudarán a expresarse, a superarse y a arriesgarse. Favorecen también la motivación y la constancia. Este tipo de actividades extraescolares, son recomendables además para superar la timidez, un problema que afecta a muchos niños.

Quienes apuesten por apuntar a su hijo a algún tipo de arte marcial, como el judo o el taekwondo, deben tener en cuenta que son actividades que a la larga exigen mucho sacrificio. Las artes marciales favorecen la flexibilidad y ayudan a evitar problemas de espalda, al igual que la natación.

Si lo que buscamos es mejorar la agilidad mental y la concentración del pequeño, una buena idea es apuntarle a ajedrez.

Otras actividades como el tenis o el patinaje son beneficiosos para desarrollar la motricidad y la coordinación, y aportan disciplina y sentido competitivo, elementos claves de cara al futuro.

Los que tengan inquietudes musicales pueden recibir clases para aprender a tocar algún instrumento (piano, guitarra...). Creatividad, coordinación y destreza son algunos de sus beneficios.

Pensando también en el futuro de nuestros hijos, las clases de idiomas les resultarán de gran ayuda para desenvolverse en el mercado de trabajo cuando sean mayores. Cuanto más pequeño, más facilidad para aprender un idioma.