La extraordinaria calidad de la despensa gallega constituye una seña de identidad de nuestra comunidad autónoma. Las treinta denominaciones de origen e indicaciones geográficas protegidas se distinguen en el mercado por su calidad y prestigio.

Carnes, productos lácteos y de la huerta, y vinos son algunos de los productos más destacados. Se trata de recursos alimentarios que constituyen una de las mejores herramientas de las que dispone el medio rural de Galicia para asegurar su futuro, emprender nuevas vías de desarrollo e, incluso, reinventarse.

La puesta en valor de los productos de calidad a través de las Denominaciones de Origen Protegidas (D.O.P.) e Indicaciones Geográficas Protegidas (I.G.P.) ha aumentado el impacto económico de un sector tradicionalmente dedicado al autoconsumo, con producciones pequeñas y de carácter limitado.

El sector agroganadero gallego presume de unas carnes de gran prestigio. La Indicación Geográfica Protegida Ternera Gallega goza de un gran reconocimiento en toda Europa e identifica la carne de vacuno procedente de las razas Rubia Gallega, Morenas del Noroeste, cruces entre ambas y determinados enlaces de ellas con otras razas que se crían en explotaciones controladas por el Consejo Regulador. Este organismo establece una serie de pautas para el cuidado de las reses, como por ejemplo una alimentación basada principalmente en el aprovechamiento de los pastos, al estilo tradicional. Se trata de la primera carne de vacuno “con carnet” de Europa.

El ganado porcino también dispone de su propio sello de calidad gracias a la Indicación Geográfica Protegida Lacón Gallego. La IGP Lacón Gallego protege las extremidades delanteras del ganado porcino, una vez curadas, de las razas Celta, Large White, Landrace y Duroc, además de los cruces entre ellas.

Uno de los puntos fuertes de la despensa gallega es el que tiene que ver con la producción láctea. En este sentido, conviene destacar aquí la existencia de un indicativo que certifica la leche gallega de calidad diferenciada Se trata de “Galega 100%”, un sello que garantiza la excelencia del producto y que éste, además, tiene como origen explotaciones de la Comunidad Autónoma.

Por lo demás, Galicia destaca también por la calidad de sus quesos, con cuatro diferentes denominaciones de origen (Arzúa-Ulloa, O Cebreiro, Tetilla y San Simón da Costa).

El Arzúa-Ulloa tiene forma cilíndrica, lisa y sin grietas, con un característico color amarillo brillante. El de O Cebreiro es de color blanco y de superficie granulosa, y se elabora con una característica forma de seta o de gorro de cocinero. Tetilla es un queso muy reconocido fuera de Galicia por su curiosa forma cónica y su superficie blanda y cremosa; abarca en su producción todo el territorio gallego. El de San Simón da Costa se elabora en la comarca lucense de A Terra Chá, siendo un queso semi-duro de color amarillo ocre con forma de peonza y fina textura.

También merece especial reconocimiento la calidad contrastada de los pimientos que se producen en Galicia. El de Herbón dispone de una denominación de origen protegida desde 2009. Cuentan con indicaciones geográficas protegidas los pimientos de Couto (en la provincia de A Coruña), Oímbra y Arnoia (Ourense).

Los Grelos de Galicia son otro de los productos de la huerta gallega cuya calidad ha sido amparada por un indicativo específico en los últimos tiempos, con la vista puesta en una mayor proyección fuera de la Comunidad Autónoma. Las opciones de comercialización de los grelos son diversas, ya que se pueden encontrar en el mercado en varios formatos (fresco, congelado o en conserva), lo que supone un importante número de consumidores potenciales.

Las castañas, las patatas o la miel producidas en Galicia también cuentan con un reconocimiento especial por su calidad.

En cuanto a la castaña, la zona de origen de este producto -inseparable del otoño gallego- abarca la mayor parte del territorio de montaña, mientras que en el caso de la Miel de Galicia, con Indicación Geográfica Protegida, su área de producción se extiende por toda la Comunidad Autónoma. La apicultura constituye además un elemento importante de la etnografía en Galicia, donde perviven construcciones tradicionales vinculadas a esta producción artesanal.

La Indicación Geográfica Protegida Patata de Galicia tiene su zona de producción repartida en las subzonas de Bergantiños (en A Coruña), Terra Chá, A Mariña y Lemos (en la provincia de Lugo) y A Limia (en Ourense). Esta protección se corresponde con la variedad de patatas Kennebec, cultivadas según las prácticas tradicionales garantizando los estándares de calidad.

La Faba (haba) de Lourenzá o el Pan de Cea, entre otros, asocian el nombre de su zona de producción al del producto. El cultivo de la Faba de Lourenzá abarca el territorio costero de la provincia de Lugo. Con este distintivo se le ha dado nombre propio a esta variedad, de características muy similares a la asturiana y se ha prestigiado el producto.

El Pan de Cea, junto con la Tarta de Santiago, son los dos productos del sector de panadería y pastelería que cuentan con distintivo de calidad. La zona de elaboración de la tarta es toda Galicia, mientras que en el caso del pan se corresponde con el municipio orensano de San Cristovo de Cea.

Galicia cuenta con cinco denominaciones de origen de vinos (Ribeiro, Valdeorras, Rías, Baixas, Ribeira Sacra y Monterrei). Cada uno de ellos tiene una personalidad y cualidades propias, si bien todos cuentan con un denominador común: la calidad y una vinculación directa con el territorio. Con el nombre genérico “Vinos de la tierra”, se agrupan las indicaciones geográficas protegidas Barbanza e Iria, Betanzos y Valdemiño.