La tecnología LED fabricada en la Unión Europea contribuye a mejorar nuestro entorno urbano, industrial y doméstico aportando un nivel de eficiencia energética, durabilidad y reducción de emisiones de CO2 sin precedentes en el mundo de la iluminación.

Sin embargo, el potencial en términos de sostenibilidad total depende realmente de muchos otros factores que de la eficiencia energética en sí misma: ¿dónde se producen cada una de las partes?, ¿cómo se producen?, ¿con qué impacto ambiental?, ¿con quien se produce y en qué condiciones laborales?, ¿cuál es la capacidad de reutilización y circularidad de las luminarias al final de su vida útil?

Una luminaria LED de alumbrado público consta de más de 40 componentes, entre partes de extrusión de aluminio, inyección de aluminio, acero, vidrio, polímeros, placas electrónicas MPCB, soldaduras SMD, diodos LED, ópticas, fuentes de alimentación y otros de sus sub-componentes. Muchos los procesos industriales necesarios para producirlos son intensivos en consumo de energía. “Si todos ellos se localizasen en Galicia, una de las regiones más renovables de Europa, con un 64% de penetración de energías renovables en la potencia total instalada, la carga de carbono asociada a la producción de luminarias LED sería mínima, situándonos al nivel de Suecia y muy por encima de hubs de la iluminación y sus componentes como Polonia, o Portugal con un 30%, y a años luz de China con menos del 15% en renovables y un modelo intensivo en carbono”, explican desde una empresa gallega del sector.

“A su vez -apostillan-, muchas de estas industrias auxiliares gallegas capaces de fabricar los componentes de una luminaria cuentan con maquinaria europea de última generación y altamente eficiente, así como con fábricas cada vez más autónomas desde el punto de vista energético como es el caso de la fabricación de vidrio en Pontevedra, aluminio en Padrón y procesos de soldado de LEDs en Vigo y Ourense. No menos importante sería la pureza de los materiales para facilitar tanto la durabilidad como la reutilización y circularidad de los componentes por parte de la cadena de valor gallega, aplicando conceptos de diseño modular y modelos de reciclaje Cradle to Cradle al final de la vida útil”.

Empleo

Si a todo lo anterior se le suma una alianza con Cruz Roja Española para impulsar el primer plan de empleo social en la industria europea de la iluminación, formando y contratando un 16% de desempleados de larga duración con especial foco en mujeres y discapacitados en el ensamblaje final de las luminarias y otros procesos auxiliares, “las luminarias “made in Galicia” serían la tecnología lumínica más sostenible de la UE tanto desde el punto de vista social como ambiental”.

Estos datos son la realidad de la provincia de Pontevedra en la actualidad, donde se sitúa uno de los dos únicos Hubs de iluminación que quedan en España, produciendo decenas de miles de luminarias de más de 90 modelos diferentes y empleando directamente a 72 personas e indirectamente a más de 250 y (370 en toda Galicia). “Este núcleo industrial ha sido capaz de compatibilizar la eficacia empresarial con los máximos índices de sostenibilidad social y ambiental a lo largo de toda la cadena de valor. Por lo tanto, hoy más que nunca las luminarias “made in Galicia” han superado ya el concepto de industria 4.0 y caminan hacia la industria 5.0 caracterizada por la sostenibilidad total”, recalcan.