Con la directiva 31/2010/UE, la Unión Europea introducía un nuevo término en la legislación comunitaria: el edificio de consumo de energía casi nulo, EECN (nearly zero energy building, nZEB, en inglés), determinando que a partir del 31 de diciembre de 2020 (31 de diciembre de 2018 en el caso de los edificios públicos), todos aquellos de nueva construcción han de responder a este concepto.

Un EECN es aquel con un nivel de eficiencia energética muy alto y en el que la casi nula cantidad de energía requerida debe estar cubierta por fuentes renovables.

El estándar más exigente para su construcción es el Passivhaus, que combina un elevado confort interior, tanto en invierno como en verano, con un consumo de energía muy bajo. “Sin estratificaciones de aire, con un alto control higrotérmico y sin dejar de lado la buena disipación del radón y CO2 que viene dada por la ventilación continua, la poca energía suplementaria que necesitan sus edificios se puede cubrir con facilidad a partir de energías renovables, siendo en ese supuesto un tipo de construcción con coste energético de calefacción y refrigeración cero para el planeta”, explica Leonardo Llamas, passivhaus designer y delegado de la Plataforma de Edificación Passivhaus Galicia.

“El primer edificio bajo el estándar Passivhaus, construido en Frankfurt (Alemania) en 1991 -apunta- fue monitorizado este mismo año para comprobar si seguía cumpliendo los requisitos del estándar y los cumplía. Hay que aclarar que nunca se le cambiaron las ventanas ni se mejoró ningún sistema constructivo, simplemente tuvo el mantenimiento de un edificio normal”.

Hoy en día existen más de 15.000 ejemplos construidos, de todo tipo y función, repartidos en todo el mundo. Este estándar no presupone tipos de productos o materiales, ni tampoco estilo arquitectónico alguno: “Es el “high tech” de la construcción, es simplemente construir a un nivel perfecto de detalle”.

Cinco principios básicos

Para que un edificio cumpla con el estándar y, de esta forma, consuma un 75% menos en calefacción que un inmueble estándar, ha de cumplir cinco principios básicos.

-Aislamiento térmico. Protege del calor y del frío, reduce la demanda de energía y el riesgo de aparición de patologías y mejora el confort interior de los edificios.

La temperatura interior de los paramentos es uniforme y más elevada y se llega al confort térmico con menor temperatura del aire.

-Ausencia de puentes térmicos. Puente térmico es la transmisión de frío a través de un cuerpo sólido (por ejemplo, ventanas, puertas, vigas o columnas) hasta el interior de la vivienda. En una vivienda edificada bajo el estándar Passivhaus no existe este problema.

-Estanqueidad. Son edificios completamente herméticos. “Es como si construyéramos un termo; es decir, no entra ni sale aire del exterior. O lo que es lo mismo, no se pierde ni una pizca de energía”, apunta Llamas. Esto se consigue con el test de Blower Door: se presuriza y despresuriza la vivienda a 50pa y el resultado para cumplir con los criterios del estándar ha de ser de <0,6renovaciones/hora.

“Para que nos hagamos una idea, esto sería como si consiguiéramos una vivienda completamente hermética con un agujero de 15cm de diámetro. En una vivienda normal, como mínimo dan resultados de 6-7renovaciones/hora, lo que es igual a tener un agujero de 2x2 metros. Con esto se eliminan las corrientes de aire y se consigue una mejor acústica”,afirma el experto.

-Ventilación mecánica con recuperación de calor. El recuperador de calor es el pulmón de los ‘edificios pasivos’. Se trata de un aparato que consigue aprovechar el aire caliente del interior para calentar el aire exterior, o viceversa, consiguiendo así una ventilación mecánica totalmente controlada.

Constante 24 horas, el aire se mueve a tan poca velocidad que no se percibe. Así se consigue un aire totalmente filtrado en el interior, ideal para alérgicos o asmáticos. Además, el polvo no se acumula en las superficies.

“No hay estratificaciones de aire en las diferentes estancias de la vivienda ni tampoco oscilaciones térmicas interiores invierno-verano”, puntualiza Llamas.

-Ventanas y puertas de altas prestaciones. Las viviendas Passivhaus cuentan con carpinterías con muy baja transmisión térmica y vidrios triples, bajo emisivos, con gases nobles en las cámaras que evitan que la temperatura en su cara interior baje de los 17º en pleno invierno. De esta forma se consigue un gran confort térmico, la eliminación de la sensación de pared fría y un gran aislamiento acústico.