Los mercados financieros reaccionaron ayer con nerviosismo ante el giro que ha dado el escenario político en España a raíz de la sentencia del "caso Gürtell". En una jornada sin sobresaltos en el resto de parqué europeos, la Bolsa española cayó el 1,7%, con un castigo especial para los valores más pegados a la regulación pública (banca y energía). Al mismo tiempo, se produjo entre los inversores una escalada en la venta de bonos de deuda pública española, lo que elevó el tipo de interés al que se financia el país y situó la prima de riesgo por encima de los 110 puntos, al nivel más alto en lo que va de 2017.

España ha aportado durante el último año evidencias de la creciente desconexión que existe entre política y economía, un fenómeno que los expertos atribuyen en parte a la globalización. Así, el producto interior bruto (PIB) creció vigorosamente en 2017 (3,1%) en medio de la crisis secesionista catalana y la propia Cataluña, sin gestores autonómicos desde hace meses y con el autogobierno suspendido, sigue entre los territorios con buenos indicadores macroeconómicos.

Las turbulencias políticas sí tienen reflejo nítido, sobre todo a corto plazo, en los mercados de acciones y de bonos. Ayer, los inversores en Bolsa siguieron un itinerario que evidenció cierta preocupación por el horizonte de inestabilidad y también las maniobras de quienes sacan partido especulando con elló. El índice Ibex 35 inició la sesión con un alza del 0,5% que, según los analistas, tornó hacia las pérdidas no tanto por el anuncio del PSOE de la presentación de una moción de censura como por el anuncio de Ciudadanos de que la apoyará si Mariano Rajoy no convoca elecciones. Minutos antes de que el presidente del Gobierno interviniera públicamente, la Bolsa caía el 2,37%. Finalmente, el Ibex cerró en 9.826,5 puntos tras unas pérdidas del 1,7%.

Bancos y compañías energéticas, los sectores más expuestos a la regulación pública, tuvieron el mayor castigo. El valor bursátil del conjunto del sector financiero bajó en mil millones de euros. Y compañías como Endesa, Enagás y Gas Natural sufrieron caída superiores al 3%. Ciertos observadores, como Felipe López-Galvez, de Self Bank, opinó que el varapalo para el Ibex podría haber sido mayor si no fuera porque "estaba parcialmente descontado que pudiera suceder algo así".

En el mercado secundario de deuda pública, en tensión estos últimos días por la situación política en Italia, se registraron cuantiosas ventas de títulos de España. Como consecuencia de ello, el tipo de interés reclamado por los inversores por poner su dinero en bonos a diez años empezó el viernes en el 1,36% y lo acabó en el 1,46%. La prima de riesgo -diferencial de interés respecto al bono alemán que sube en la medida en que crece la desconfianza en el estado emisor de la deuda- pasó de 92 a 111 puntos básicos, el mayor nivel en lo que va de año.

La respuesta de los mercados estuvo confinada en España y no se contagió a las bolsas de otros países, que en las últimas semanas han estado sobre todo pendientes de acontecimientos como las tensiones comerciales entre EE UU y China, la situación en Corea del Norte y Oriente Próximo o la cotización del petróleo.