Mariano Rajoy empezó ayer a fraguar un acuerdo para revalidar los efectos del artículo 155 si el nuevo presidente catalán, Joaquim Torra, reincide en las ilegalidades de su predecesor, Carles Puigdemont. De mano, el PSOE -con cuyo líder, Pedro Sánchez, se reunió ayer en la Moncloa el jefe del Ejecutivo- está de acuerdo en mantener intervenidas las cuentas de la Generalitat, medida que precedió casi dos años a la activación del precepto constitucional, el pasado 27 de octubre.

Además, Rajoy y Sánchez también están de acuerdo en otro punto clave: impedir, a través de un nuevo 155 -el que está aún vigente decaerá en cuanto Torra y los consejeros de su Govern tomen posesión-, la creación de estructuras políticas paralelas al servicio de Puigdemont: el consejo de la república y la asamblea de electos de Cataluña.

Rajoy lo expresó horas después con mayor claridad: "En Cataluña solo puede haber un presidente, una sola legalidad y unas únicas instituciones válidas, que son las que establece la Constitución y el Estatuto de Autonomía". Y advirtió a Torra: "No hubo independencia ni república en Cataluña ni la va a haber".

Con todo, Rajoy y Sánchez quieren responder "a cualquier eventual desafío" que provenga del "discurso frentista y xenófobo" de Torra de manera "proporcional", según un comunicado conjunto emitido tras su reunión de ayer, de menos de una hora.

Más tarde, en una rueda de prensa, Sánchez explicó que el debate ya no es si el 155 se aplica o no. "Lo habría, en condicional", garantizó, si Torra incurre en ilegalidades como la creación del consejo de la república. La cuestión, precisó el líder socialista, es determinar "cuándo" y "qué 155" se aplica, pues será de "naturaleza distinta". Tanto, que no conllevará la celebración de elecciones. Pero la advertencia a Torra fue muy clara: "Si decide plantear esas estructuras paralelas, se encontrará con un muro".

Sánchez también cargó contra Albert Rivera, el otro líder que Rajoy espera sumar mañana al nuevo "frente del 155". El secretario general del PSOE le acusó de haberse "aznarizado" y de valerse de "Cataluña como herramienta de confrontación para arañar votos". Le pidió, pues, que esté "a la altura de las circunstancias" y que, en lo tocante a Cataluña, reserve sus críticas a Rajoy para el ámbito "privado".

Ya antes -durante su intervención ante el comité ejecutivo del PP- se había quejado Rajoy del "aprovechamiento político" que Cs está haciendo de la cuestión catalana con una "frivolidad impropia" de este asunto.

El coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo, exigió a Rivera que "deje a un lado los votos" y cese de pedir que el 155 se mantenga activo después de la toma de posesión de Torra y sus consejeros, porque no existe una aplicación "preventiva" del precepto constitucional.

Ajeno a estas críticas, Rivera insistió en pedir al Gobierno que no deje "desamparados" a los catalanes que no son independentistas y que busque "soluciones" en vez de "salir corriendo" de Cataluña, porque "Torra no quiere cumplir las leyes"