La semana en la que se ha ratificado el final de ETA en varios escenarios y formatos la cerró ayer la Diputación de Gipuzkoa con un acto de recuerdo a las víctimas, una muestra de empatía para evitar el olvido en el territorio donde más asesinatos cometió la banda terrorista en sus casi 60 años de historia.

El acto se ha celebrado en una provincia donde muchos ciudadanos "pusieron en juego su tranquilidad, su libertad, su vida" porque "no soportaban la idea" de que el País Vasco "pasara a la historia con el estigma del autoritarismo, la violencia y el asesinato", según ha destacado Maixabel Lasa, exdirectora de la oficina de atención a las víctimas del terrorismo del Gobierno Vasco y viuda del ex gobernador civil de Gipuzkoa Juan María Jáuregui, a quien ETA mató en 2000.

"Estos ciudadanos se hicieron responsables para oponerse a la injusticia, a un proyecto totalitario, para sostener la libertad y preservar la convivencia. Ellos son los responsables de una parte muy importante de la derrota de ETA; por eso trata de ignorarles en ese último estertor que representa su comunicado y se guarda de reconocer sus culpas y errores delante de aquellos que fueron los primeros en verlos y que los señalaron con el dedo", ha subrayado.

Lasa ha protagonizado una de las intervenciones de este acto, con el que se ha clausurado, en el centro Koldo Mitxelena de San Sebastián, la exposición "Luces en la memoria", que ha reunido la obra de seis artistas que, mediante la creación, han reflexionado sobre el terrorismo de ETA como una forma de mantener viva la dignidad de las víctimas.

Se inauguró el pasado 8 de febrero, aniversario del asesinato de Joseba Pagazaurtundua, que fue jefe de la Policía Local de Andoain, y estaba previsto que finalizara el 21 de abril, pero ante la casi certeza de que ETA iba a anunciar su disolución esta semana se pospuso la clausura hasta ayer para poder tener este gesto de "arrope y simpatía" a las víctimas.