Los exconsejeros Raül Romeva y Josep Rull trataron ayer de desacreditar al juez Pablo Llarena, al Supremo y al Poder Judicial al afirmar que están inmersos en un "juicio político". Como ya hicieran Junqueras, Sànchez y Cuixart, aprovecharon el trámite en el que el magistrado les comunica de forma directa su procesamiento por los delitos de rebelión y malversación para cuestionar la causa judicial.