El patronato de la Fundación Navegación Oceánica de Barcelona (FNOB) anunció este jueves la suspensión de la próxima edición de la Barcelona World Race, que tenía prevista su salida en enero de 2019, ante las dificultades para encontrar patrocinio por la "inestabilidad política".

La Barcelona World Race es una regata devuelta al mundo a vela con dos tripulantes y con salida y llegada en Barcelona.

La decisión fue tomada el pasado 22 de marzo por común acuerdo en una reunión del patronato, constituido por el Ayuntamiento de Barcelona, la Cámara de Comercio de Barcelona, el Puerto de Barcelona y la Fira de Barcelona.

En un comunicado, la FNOB asegura que ha influido, en especial, en esta decisión "el clima de indefinición institucional y falta de estabilidad política que vive nuestro país en este último año", que ha dificultado la búsqueda de patrocinios.

"Los patrocinadores potenciales han manifestado su desconfianza al no poder estar seguros de contar con el apoyo institucional que necesariamente debe garantizar un evento deportivo de estas dimensiones, que requiere una fuerte inversión en patrocinio privado, y que es, en definitiva, la única fuente de financiación de la regata", afirma el comunicado.

El patronato también ha explicado que la prórroga de los presupuestos del Estado en 2016, con su consecuente atraso de la consideración de este evento como uno de "excepcional interés público" y su exención fiscal, dificultó conseguir patrocinios en el plazo estipulado.

Además, la fundación asegura que también ha generado "incertidumbre" en el mercado del patrocinio las informaciones aparecidas en relación con el impacto previsto en los presupuestos generales del estado "de los acontecimientos de especial interés público, y el cambio de criterio en la utilización de los soportes publicitarios por parte del Ministerio".

Los organizadores del evento lamentan tener que recurrir a la suspensión de la regata ya que, según afirman, ésta prometía contar con una interesante participación internacional.

De hecho, siete equipos habían confirmado ya su participación y disponían del presupuesto necesario para hacerlo, y otros 11 equipos se encontraban en el proceso final de captación de recursos.

Así, la fundación insiste en que la suspensión no se debe a la falta de interés de equipos participantes, ni de patrocinadores interesados, ni de apoyo internacional, "sino a la imposibilidad de concretar el patrocinio en los plazos estipulados".

Pese a la suspensión de la próxima regata, la fundación mantiene los planes para organizar una nueva edición de la Barcelona World Race, que se celebrará en 2022-2023.

Cruce de acusaciones políticas

La cancelación de la próxima edición de la regata, que se celebra desde 2007, ha generado las reacciones de los diferentes grupos municipales, que han coincidido en lamentar la suspensión del evento, por el impacto que este supone para la ciudad de Barcelona y han pedido responsabilidades al gobierno municipal.

El presidente del PP en el Ayuntamiento, Alberto Fernández, lo ha atribuido a "la inestabilidad, fruto del proceso independentista, y a Colau", y ha emplazado al gobierno municipal a trabajar para que "se reconsidere la decisión".

En la misma línea, la concejala de Cs Marilén Barceló ha acusado al gobierno municipal de "no potenciar los acontecimientos deportivos" y ha pedido la comparecencia del responsable de deportes del Ayuntamiento "para que explique en la próxima Comisión de Derechos Sociales, Cultura y Deporte lo que ha pasado".

El presidente del PSC en el Ayuntamiento, Jaume Collboni, también ha cargado contra la falta de liderazgo el gobierno de Colau y ha asegurado que la alcaldesa "ha aprovechado para boicotear el evento y dictar sentencia de muerte al proyecto de la World Race".

Por otro lado, la presidenta del PDeCAT y aspirante a alcaldable por Barcelona, Neus Munté, ha culpado al gobierno de Colau de haber perdido "otra oportunidad" para "proyectar" Barcelona al mundo con la World Race.

El presidente del grupo municipal de ERC, Alfred Bosch, ha considerado que esta suspensión saca a la ciudad del mapa internacional de este tipo de eventos, y ha dicho que "no se puede dedicar dinero público" a hacer campañas para promocionar Barcelona "y después suspender acontecimientos que son campañas que dan la vuelta al mundo".

Ante la petición de responsabilidad de los grupos municipales, el teniente de alcalde Jaume Asens ha asegurado que la decisión de suspender el evento no es del Ayuntamiento y ha responsabilizado al Gobierno y el atraso de los presupuestos del Estado de la cancelación de la edición.

Asens también ha explicado que Barcelona no podía asumir el coste económico tan elevado del evento, que ha situado en no menos de 10 millones de euros, aunque sí que "hizo un aval de un millón de euros".

El gobierno de Colau, según Asens, participó en "decenas de reuniones" con la Fundación "para encontrar una solución" que permitiera celebrar la regata, por lo que ha lamentado la decisión de la FNOB, aunque ha dicho "entender" los motivos.

El teniente de alcalde también ha expresado su voluntad de que la edición de 2022 del World Race se celebre y ha explicado que el gobierno municipal "trabajará para cambiar el modelo económico del evento" hacia un modelo "de financiación sostenible", ya que el formato actual "tiene un coste muy elevado".