Carles Puigdemont permanecerá en prisión preventiva en Neumuenster hasta que Alemania resuelva sobre su extradición. Este proceso podría prolongarse durante un plazo máximo de sesenta días, prorrogables a noventa si el expresidente catalán recurre su posible entrega a España. El Ejecutivo de Angela Merkel manifestó ayer su intención de que la situación del líder soberanista se resuelva "en base al derecho español".

Tras su primera noche en prisión, el expresidente catalán compareció ante el juez durante unas tres horas y media. El detenido estuvo en "calma y sereno", según el fiscal general de Schleswig, Georg-Friedrich Guentge. Esta primera comparecencia se centró en identificar la Puigdemont y en dejar constancia de su rechazo a ser extraditado a España, un asentimiento que hubiera permitido resolver el proceso posterior en una plazo de diez días.

Puigdemont "permanecerá en detención hasta que sea adoptada alguna decisión relativa al proceso de extradición", notificó el tribunal alemán mientras el que fuera presidente de la Generalitat retornaba a la cárcel. Ahora el proceso de extradición puede prolongarse hasta sesenta días, que se amplían a noventa en el caso de el líder independentista recurra contra su entrega a España. Puigdemont, que ya está procesado en la causa abierta en el Supremo por rebelión y malversación, y sus abogados tendrán que poner ahora en marcha una estrategia legal similar a la desplegada en Bélgica, con la que consiguieron congelar su extradición hasta la retirada de la orden europea de busca y captura. Dicha orden fue reactivada el viernes, después de que el juez Llarena notificara el auto de procesamiento de toda la cúpula soberanista, y aceleró la salida del expresidente de Helsinki, lo que finalmente derivó en su detención en Alemania.

El escenario judicial para Puigdemont es ahora distinto al que tenía en Bélgica, por la afinidad entre la legislación germana y la española a propósito del delito más grave de los que se le imputa. Lo que en España se identifica como "rebelión" lleva en Alemania el nombre de "alta traición". Steffen Seiber, el portavoz del Gobierno de Angela Merkel, anunció ayer que la posición del gabinete es que la detención preventiva de Puigdemont se resuelva conforme a la legislación española. "España es un Estado democrático. Este conflicto se debe solucionar en base al derecho español", afirmó rotundo Seiber.

Una delegación catalana del PDeCAT acudió ayer a la cárcel de Neumünster para arropar a Puigdemont aunque ni siquiera su abogado logró verlo.

En paralelo al proceso en Alemania, la Fiscalía de Bruselas aseguró ayer haber contactado con los abogados de los exconsejeros Meritxell Serret, Toni Comín y Lluís Puig, para garantizar que siguen a disposición de la justicia belga. Para la Fiscalía de Bruselas "no existe un riesgo manifiesto de fuga". De entre los exconsejeros que siguen en Bélgica, Comín es el único al que Llarena ha procesado por un delito de rebelión, al que se suma el de malversación de caudales públicos.