El Gobierno mantiene su calendario para los Presupuestos Generales del Estado de este año, que proyecta aprobar en los últimos días de marzo para llevarlos al Congreso después de Semana Santa. Durante la tramitación parlamentaria, el Ejecutivo de Mariano Rajoy confía en ganarse los apoyos del PNV y Ciudadanos, sin los que las cuentas quedarían en el aire.

Los Presupuestos saldrían del Consejo de Ministros en torno al 23 de marzo próximo, en una fecha todavía pendiente de concretar, condicionada por los compromisos comunitarios del presidente Rajoy. El portavoz Íñigo Méndez de Vigo expuso ayer los tiempos previstos por el Ejecutivo, en los que tiene la última palabra el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que será quien decida "cuándo están listos para cerrarlos".

A partir de ahí todo es incierto por ahora. El PNV, cuyos votos fueron decisivos para sacar adelante las cuentas anteriores a cambio de resolver el contencioso sobre el cupo vasco e importantes compromisos inversores, mantiene ahora su rechazo a dar otra vez su respaldo a los Presupuestos mientras persista la intervención de la Generalitat catalana con la aplicación del artículo 155 de la Constitución. El bloqueo político en que se encuentra sumida Cataluña, sin perspectiva de que haya un nuevo Govern, amenaza con complicar la aprobación de las cuentas.

Ciudadanos condiciona su respaldo presupuestario a que el PP cumpla el preacuerdo firmado en septiembre y que incluye, entre otras medidas, la bajada del IRPF, equiparación salarial de los policías y guardias civiles y más permisos paternidad, un conjunto de propuestas que se cuantifican en 8.300 millones de euros. "Si el PP rectifica y asume las exigencias para la clase media que ha pedido Ciudadanos, entonces habrá presupuestos, pero si incumple no habrá", afirmó ayer el líder de la formación, Albert Rivera.

Ciudadanos reprocha al PP de forma reiterada el incumplimiento de sus acuerdos, entre ellos el de investidura de Rajoy. A ese recelo se une ahora el ascenso del partido naranja en las encuestas hasta convertirlo en la gran amenaza para los populares. "Espero que Rajoy rectifique y que se ponga el sombrero de presidente del Gobierno y no de presidente del PP, deje de obsesionarse con Ciudadanos y las encuestas y entienda que hay que entenderse", afirmaba ayer Rivera.