El culebrón de acusaciones políticas y revelaciones privadas lanzado este lunes por el ex secretario general del PP de Madrid Francisco Granados siguió ayer cobrando cuerpo. Por un lado, la presidenta madrileña, Cristina Cifuentes, ya ha presentado su anunciada querella contra Granados por injurias, calumnias y ataques a su integridad moral. Por otro, ayer se difundieron nuevos extractos de la declaración en la Audiencia Nacional del principal implicado en la trama Púnica.

Los blancos principales de las acusaciones de Granados son la propia Cifuentes y la expresidenta madrileña Esperanza Aguirre. De Cifuentes, Granados asegura que hay "cientos de testigos" de que se jactaba de ser "las manos, los oídos y la voz" de González mientras mantenía una relación sentimental con el entonces vicepresidente madrileño y hombre de confianza de Aguirre. Precisa, eso sí, que no hace esta revelación con "ánimo de entrar en cuestiones personales".

Granados, quien presidió el PP madrileño entre 2004 y 2011, añade que en esa época, Cifuentes "(se jacta) de que es la que manda por orden del señor González, se jacta de que en el partido yo no mandaba absolutamente nada y cualquier cosa que había que tratar sobre pueblos, distritos o alcaldes en referencia al partido tenía que pasar por Cifuentes. Esa es la verdad", sentencia ante el juez. En la época a la que se refiere Granados, Cristina Cifuentes era "número tres" del PP madrileño, con el cargo de secretaria de Política Territorial.

Sobre quién dirigió la campaña de las elecciones autonómicas de 2007 -en la que iba Aguirre como cabeza de cartel- Granados declara al juez que fue Ignacio González, quien tenía de "adjunta" a Cifuentes porque su relación íntima estaba "en plena efervescencia". Cosa distinta, explica, pasó en la campaña de 2011, en la que también fue Aguirre la cabeza de cartel, porque, según Granados, la relación de Cifuentes y González se había roto en 2008.

Por otra parte, Granados sostuvo ante el juez que la trama Gürtel de financiación ilegal del PP no fue destapada por Esperanza Aguirre, como la expresidenta madrileña suele decir, sino por el presidente Rajoy. Granados explicó que, en 2007 o 2008, Rajoy llamó a Aguirre para decirle que un empresario "se ha quejado al partido de que van a salir a concurso dos parcelas, una en Majadahonda y otra en Arganda del Rey", pero que las dos parcelas "están adjudicadas previamente" al concurso.

"Rajoy la llama para decirle que le ha llegado esta información y le pide que lo investigue y que lo pare", explica Granados, quien apunta que la parcela de Arganda es la que forma parte de la trama Gürtel. Granados expresó al juez su seguridad de que en esa época todos los proyectos de adjudicaciones eran supervisados directamente por Esperanza Aguirre, sin cuya autorización no se tomaba ninguna decisión.