El creciente distanciamiento entre el PP y Ciudadanos, puesto en evidencia en dos choques parlamentarios en poco más de una semana, derivó ayer en la suspensión del pacto entre ambas formaciones, decisivo para la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.

"Tenemos un acuerdo de investidura y nosotros ya hemos cumplido con nuestra parte. El pacto está congelado mientras el PP incumpla y quedamos a la espera de que cumpla", anunció ayer secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, quien responsabilizó a los populares de una posible ruptura de lo pactado.

Ciudadanos exige al PP que cumpla su compromisos de apartar de los cargos públicos a todos aquellos investigados por asuntos de corrupción y condiciona a ello su respaldo al Ejecutivo. La primera consecuencia es su rechazo a apoyar los presupuestos, lo que abre la posibilidad de que el Gobierno recurra de nuevo a la prórroga de la cuentas del Estado.

Frente a la visión de Ciudadanos de un acuerdo a medio cumplir, el PP sostiene que el pacto "goza de buena salud". Esas fueron las palabras del portavoz parlamentario Rafael Hernando para defender el cumplimiento por parte de los populares de "una amplia cantidad de medidas" y reclamar a la formación naranja que vuelva "al sentido común" . La disposición conciliadora de Hernando se endureció para exigir a Ciudadanos que aclare "por qué han falsificado" sus cuentas de 2015. "No puede ser que estén haciendo permanentemente acusaciones a los demás de no ser transparentes y ellos no den explicaciones".

El portavoz del PP aludía a las anomalías detectadas por el Tribunal de Cuentas en la contabilidad del partido Rivera, unas irregularidades que la formación naranja atribuye a meras discrepancias en la forma de contabilizar los ingresos.

Por segunda vez en apenas una semana, el distanciamiento entre el PP y Ciudadanos se hizo bien visible en el Congreso. Después del enfrentamiento entre Rajoy y Rivera en la sesión de control al Gobierno el miércoles pasado, ayer el portavoz de la formación naranja, Juan Carlos Girauta, y la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría reprodujeron las tensiones entre ambas formaciones.

Girauta reprochó al Gobierno su proximidad al PNV, gracias a cuyos votos sacó adelante el presupuesto para este año, y después de "regalarles" un "cuponazo injusto e insolidario" ahora los nacionalistas vascos preparan una reforma del estatuto que "incluye un referéndum de autodeterminación". "Antes de que ustedes existieran, muchos diputados hemos hecho una defensa férrea de la soberanía nacional. El plan Ibarretxe fue rechazado en el Congreso por los diputados del PSOE y del PP", replicó la vicepresidenta del Gobierno.

Sáenz de Santamaría ha aprovechado para contraatacar a Cs al hablar de "concesiones" al PNV, ya que, según ha dicho, se va a rebajar la Ley de Seguridad Ciudadana porque "han apoyado una iniciativa" de ese grupo parlamentario "para que se suavice".