Las declaraciones del cabecilla de la red Púnica, Francisco Granados, en las que vincula a la presidenta madrileña Cristina Cifuentes con la financiación ilegal del PP, abren grietas en el acuerdo con Ciudadanos que sustenta al Ejecutivo popular. Como constatación del clima interno de desconfianza y recelo que se ha instalado en el seno del PP madrileño, Cristina Cifuentes eludió ayer dar su respaldo a la gestión que la expresidenta Esperanza Aguirre porque "en estos momentos está todo en entredicho" y hay abierta una investigación judicial. "Sinceramente no lo sé, no sé si como dicen hubo financiación más allá de lo que establece la legalidad y, como no lo sé, yo lo que espero es que en este asunto, como en cualquier otro, es la Justicia llegue hasta el final y determine lo que tenga que determinar"

El portavoz de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid, Ignacio Aguado, mostró su deseo de que "por estabilidad" y por "el acuerdo" entre ambos partidos Cifuentes no acabe imputada en la causa por la "caja B" del PP que instruye la Audiencia Nacional. De ser así, Ciudadanos dejaría de apoyar a la presidenta autonómica y exigiría su inmediata dimisión. "Lo que más me preocupa no es su ciénaga sino que quieran convertir Madrid en una ciénaga", afirma Aguado, que reprocha al PP que "de los diez puntos del acuerdo sobre regeneración democrática ha puesto en marcha solo dos. Nos podemos poner de acuerdo con el PP en políticas económicas, pero hablar con ellos de regeneración es imposible".

Ángel Gabilondo, portavoz socialista en la Asamblea de Madrid, rechazó en una carta a Cifuentes la propuesta de un pacto de regeneración. El acuerdo que el PP propone es "insuficiente", denota "una inadecuada comprensión de lo que ocurre en la Comunidad" y hay comportamientos "presuntamente delictivos" que lo hacen poco creíble, según Gabilondo.