El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont difundió ayer por las redes sociales, y después por el canal 24 horas de TV3, un "discurso de Fin de Año" en el que insta al Gobierno de España a "reconocer el resultado de las elecciones del 21 de diciembre y empezar a negociar políticamente con el Gobierno legítimo de Cataluña". En el discurso, Puigdemont no alude en ningún momento al proceso político que se abrirá en Cataluña con la constitución de su Parlamento autonómico el próximo 17 de enero.

Puigdemont dedica uno de los párrafos centrales del texto a ironizar sobre la aplicación del artículo 155, por el que se intervino la Generalitat. El expresident asegura que el 155 había de desembocar en "la victoria electoral de los partidos constitucionalistas, que formarían un gobierno autonómico dócil y conformista. Pues no", añade, "la última parte no solo no ha salido como (Rajoy) soñaba, sino que su partido ha quedado relegado a la última posición y el Gobierno que presido puede mantener el apoyo parlamentario". Puigdemont insiste de este modo en su tesis de que el 155 es un paréntesis que ha sido clausurado por las urnas del 21-D, que ahora deben conducir a la reposición automática de su Ejecutivo.

"Como presidente, exijo al Gobierno español y a los que lo apoyan que rectifiquen aquello que ya no funciona, que reparen el daño causado, y que restituyan todo aquello que han destituido sin el permiso de los catalanes. Las urnas han hablado, la democracia ha hablado, todo el mundo se ha podido expresar. ¿A qué espera el presidente Rajoy para aceptar los resultados?", se pregunta el expresidente.

Puigdemont concluye su mensaje pronosticando que "de aquí a un año, el discurso de Fin de Año del presidente de la Generalitat se pronunciará, como no puede ser de otra manera, desde el Palau de la Generalitat". A continuación, expresa sus deseos de prosperidad, a los que añade los de disfrute de "los valores fundacionales" de una república que implícitamente da por proclamada y vigente: "Libertad, igualdad y fraternidad".

Mientras, en Jerez (Cádiz), la cabeza de filas de Ciudadanos, Inés Arrimadas, insistió en que es "clave" que su formación, la más votada, presida el Parlamento catalán, para a partir de ahí ver "qué hacen los partidos separatistas". Arrimadas explicó que, con su intención de presidir el Parlament, que los números le ponen muy difícil, tratará de "evitar las barbaridades" de la anterior legislatura, desterrando las "incertidumbres" y las "ilegalidades", en referencia a actuaciones como la reforma del reglamento de la Cámara, la ley de Referéndum o la ley de Transitoriedad Jurídica.

Arrimadas criticó además la actitud de Carles Puigdemont, del que consideró que está "inhabilitado políticamente" para gobernar la Generalitat y que ahora "se cree que puede ser presidente por internet, por whatsapp o por skype".