La Constitución española avanza hacia su cuarenta cumpleaños con la incertidumbre sobre su futura reforma. La celebración ayer de los 39 años de la aprobación en referéndum de la Carta Magna dejó de nuevo en evidencia la distancia entre el PP y el PSOE sobre sus cambios. El presidente Rajoy mantiene su posición de acotar con claridad qué aspectos del texto se van a modificar y pone como condición para ello que se haga con un amplio consenso.

La presión del soberanismo es un severo condicionante para abordar la reforma. El jefe del Ejecutivo rechaza "contentar a aquellos que lo que quieren es liquidar la Constitución y que han afirmado que no están dispuestos a cumplirla de ninguna de las maneras", manifestaba ayer en la celebración oficial del Congreso y exigía más que "una mayoría" para aprobar la reforma, al tiempo que avisó que la soberanía nacional es intocable. Los socialistas, que comprometieron a los populares en una comisión parlamentaria de evaluación del Estado autonómico de la que saldría el embrión de los futuros cambios, asumen que nada comenzará a avanzar hasta después de las elecciones catalanas del 21 de diciembre. "Lo que ocurra el 21-D, sea lo que sea, tiene que mover las cosas en la política nacional, Rajoy se tendrá que mover", anticipaba ayer el líder del PSOE. Pedro Sánchez confía en que tras los comicios catalanes se incorporen a la comisión las fuerzas políticas que no lo hicieron en su momento, como los nacionalistas y Podemos.

La comisión tiene marcado un plazo de trabajo de seis meses y después "existe el compromiso" del presidente del Gobierno "de que se abra una subcomisión en la Comisión Constitucional" para abordar la reforma de la Carta Magna, lo que podría ocurrir en septiembre del año próximo, según estimación de Sánchez. Sin embargo, resulta dudoso que esos cambios puedan completarse en la actual legislatura. Así lo sostiene la presidenta andaluza, Susana Díaz, quien encuentra como inconveniente a los plazos que anuncia el líder de su partido la falta de voluntad del PP y de Podemos de reformar el texto constitucional. Entre los populares empiezan a circular opiniones favorables a esa revisión. Una de ellas fue ayer la de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, quien, sin hablar de manera abierta sobre ello, aludió a la "transformación que necesita de España". Pastor aclararía después a Pedro Sánchez que se refería a la reforma de la Carta Magna.