El fiscal general del Estado, José Manuel Maza, falleció ayer a los 66 años en una clínica de Buenos Aires a causa de una infección renal que se complicó de forma repentina y pasó a ser generalizada. Maza, el primer fiscal general que muere en pleno ejercicio, solo llevaba un año en el cargo, un tiempo marcado por las severas críticas de la oposición después de la renuncia del fiscal Anticorrupción, Manuel Moix, al aparecer en los "papeles de Panamá", y haber sido punta de lanza contra el desafío secesionista catalán.

Maza, que padecía diabetes, se sintió indispuesto mientras participaba en la reunión de la Asociación Iberoamericana de Ministerios Públicos (AIAMP). Los médicos aconsejaron su ingreso hospitalario. Según fuentes de su entorno, citadas por Efe, aunque su estado era de cierta gravedad, no se temía por su vida. Sin embargo, el proceso de infección se complicó y el fiscal general falleció anoche en una clínica de la capital argentina.

Crisis soberanista

Magistrado de lo Penal del Tribunal Supremo, José Manuel Maza fue nombrado fiscal general del Estado en 2016 en sustitución de Consuelo Madrigal, que después de dos años en el cargo cesó al final de la legislatura. En el poco más de un año al frente de la Fiscalía General del Estado afrontó con contundencia la crisis soberanista de Cataluña. Presentó en la Audiencia Nacional las querellas contra el expresidente catalán Carles Puigdemont y 13 exconsejeros del Govern por rebelión, sedición y malversación; y en el Tribunal Supremo, por esos mismos delitos, contra la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, y cinco miembros de la Mesa que tramitaron la declaración de independencia.

Nacido en Madrid, el 23 de octubre de 1951, era licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid desde 1973, además de diplomado en Criminología por la misma universidad. En 1976 ingresó en la carrera judicial y como juez prestó sus servicios en diversos puntos de España. En junio de 1988 ascendió a magistrado y fue nombrado presidente de la sección primera de la Audiencia Provincial de Madrid. En 2002 se convirtió en magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo a imponerse en la votación a Margarita Robles.