"La clave del futuro en Cataluña está ahora en manos de la mayoría silenciada. Esto aún no ha terminado y los votantes están advertidos para el día 21". Con este colofón concluyó la conferencia "Acotaciones a la cuestión catalana" que el presidente de SES Astra, Luis Sánchez Merlo, expuso en el Foro San Juan Pablo II celebrado ayer en Madrid.

Sánchez Merlo, secretario de la Presidencia en la época de Calvo Sotelo, hizo un recorrido por los acontecimientos derivados del denominado "procès" ("un golpe de Estado"), que arrancaron de la mano de Jordi Pujol, "el protagonista absoluto del independentismo dispuesto a disolver todo resquicio de España". Pujol, "que no ha pisado la cárcel como otros, aprovechó la profunda crisis de un Estado al borde de la intervención económica para lanzar un golpe no destinado a crear un nuevo Estado, sino a que el Gobierno negociase desde la sumisión".

Sánchez Merlo recorrió la estrategia independentista, sustentada en buena medida en su "catecismo supremacista", en el que presentaron a los catalanes como más europeos y más demócratas que los españoles. "El Gobierno de España no estuvo hábil ni diligente a la hora de responder. Solo decía que había que cumplir la ley y actuó siempre a remolque, lo que constituye un grave error".

El relato de Sánchez Merlo continuó señalando cómo los independentistas se apropiaron de la calle ya en las manifestaciones antiterroristas, "rodeando al Rey, al presidente del Gobierno", para, ya en el pleno del Parlament del 6 y 7 de septiembre llevar a cabo "un autogolpe mediante un procedimiento inadmisible".

El 1-O, los independentistas lograron "que la opinión pública se tragase sus mentiras" sobre las violencia de la policía y esta misma opinión hizo lo propio a la hora de dar por buenos los resultados del referéndum.

La aprobación en el Senado del artículo 155 y su aplicación "prudente y proporcionada", según Sánchez Merlo, "sorprendió por su determinación, alejada de la habitual parsimonia de Rajoy. Ha sido una intervención de terciopelo".

La posterior huida de Puigdemont y el proceso judicial abierto apenas han arrojado los resultados propagandísticos que pretendían los independentistas, pero sí que "han fracturado la sociedad catalana, algo muy grave, aunque de momento no se haya traducido en una violencia significativa".

Para Sánchez Merlo, los independentistas "han subestimado al Estado. Se ha demostrado que puede defenderse con el artículo 155 y ya se conoce el camino para el futuro. España tenía pendiente afirmarse como un Estado fuerte".

Como última conclusión, Sánchez Merlo reprochó al Gobierno su pasividad a la hora de frenar el traslado de empresas y mostró su rechazo personal "al boicot a los productos catalanes y al traslado de las sedes de las empresas".