Rusia negó que haya pruebas de su supuesta injerencia en el proceso soberanista de Cataluña, calificó las acusaciones de "histeria" y las atribuyó a los problemas internos españoles.

"Quizás esto se explique porque en las capitales de los países de donde llegan esas acusaciones, sea Madrid, sea Londres, no tienen resueltos plenamente sus problemas internos", dijo el ministro de Exteriores, Serguei Lavrov.

Y agregó que "seguramente esa histeria sensacionalista la montan para distraer la atención de sus electores de la incapacidad de resolver esos problemas internos".

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, también negó la injerencia: "Ni las autoridades españolas, ni la OTAN, ni los medios han presentado ningún argumento que merezca atención a favor de esas acusaciones".