El llamamiento realizado por la Crida por la Democràcia, una organización vinculada a Òmnium Cultural, y la Asamblea Nacional de Catalunya (ANC), de retirar dinero de los cajeros de la gran banca tuvo muy poco éxito y una escaso seguimiento. No hubo colas significativas en las oficinas bancarias y fuentes financieras aseguraron que la actividad había sido la habitual de un viernes cualquiera. La iniciativa provocó también una fractura en el Gobierno de la Generalitat. El conseller de Empresa, Santi Vila, se desmarcó de la propuesta, mientras que el vicepresidente del Govern, Oriol Junqueras, evitó pronunciarse y se limitó a decir que respeta la "libertad de consumo". También el sindicato UGT calificó el llamamiento de "irresponsable".