La Guardia Urbana (policía municipal de Barcelona) cifró anoche en 200.000 el número de personas que se estaban manifestando por el centro de la ciudad, portando velas, para pedir la liberación de los presidentes de la ANC, Jordi Sànchez, y Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, y denunciar su condición de "presos políticos", que también les otorgó el líder de Podemos, Pablo Iglesias, pese al insistente rechazo de varios ministros del Gobierno.

Las velas las proporcionó la ANC, que aprovechó para pedir donaciones para la caja de resistencia creada a fin de ayudar a los cargos con problemas judiciales por su papel en el "procés", informa "Efe". Algunos de los carteles exhibían lemas como "Libertad Jordis, presos políticos del Estado español" o "Help Catalonia" y podían oírse gritos del tenor de "Libertad", "Todos somos Jordi" o "Independencia".

La concentración, replicada en otras ciudades (Girona y Tarragona, entre ellas) es la primera de una seria de movilizaciones que las dos entidades soberanistas han anunciado para los próximos días, en respuesta a la decisión tomada el lunes por la noche por la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela de mandar a prisión sin fianza a Sànchez y a Cuixart por haber "promovido" el asedio a varios agentes de la Guardia Civil, el pasado 20 de septiembre, que registraban la Consejería de Economía catalana para desmantelar la logística del referéndum del 1 de octubre.

La actriz Sílvia Bel leyó el manifiesto y denunció que "el Estado español ha vuelto a cruzar una línea roja en cualquier democracia en la Europa del siglo XXI" porque encarcelar a Sànchez y Cuixart "es un gran error que pone en riesgo los valores democráticos" de la Constitución.

A raíz del encarcelamiento de "los Jordis", el portavoz del Govern, Jordi Turull, advirtió que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, "no se moverá" de la oferta de diálogo "sin condiciones" (con un plazo de dos meses) que planteó el lunes al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y que éste rechazó.

Cuando faltan dos días para que expire el nuevo plazo marcado por Rajoy para que Puigdemont aclare si declaró o no la independencia, Turull insistió en que el Govern volverá a preguntar al Ejecutivo si "quiere sentarse a hablar" o reacciona con "más represión".

"La rendición no forma parte de ninguno de los escenarios de este gobierno", porque su "compromiso" con la jornada del 1-O es "total", arengó Turull. "No nos quedaremos contemplativos viendo cómo ocupan las instituciones catalanas", agregó, advirtiendo al presidente del Gobierno que en caso de rechazar el diálogo que ofrece Puigdemont, "obviamente habrá que tomar decisiones". Para el Govern, es una "vergüenza democrática" que en España haya "presos políticos en pleno siglo XXI", encarcelados por un "delito inexistente", por decisión de un "tribunal incompetente".

El Gobierno protestó por la concesión de esa condición a los dos encarcelados. En todo caso, precisó el ministro de Justicia, Rafael Catalá, serían "políticos presos". Y el del Interior, Juan Ignacio Zoido, dijo que Sànchez y Cuixart están en prisión "por incumplir la ley", no por sus ideas.

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, eludió pronunciarse sobre la decisión de la juez Lamela, aunque dijo que "comprende" la opinión del líder del PSC, Miquel Iceta, que ve "desproporcionada" la medida de prisión.