La juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela ratificó ayer la competencia de esa instancia para investigar como sedición los hechos ocurridos en Cataluña antes, durante y después del 1-O al entender que no son incidentes "aislados" sino que forman parte de una "hoja de ruta" para la independencia en la que juegan un papel "esencial" la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y la asociación Ómnium Cultural.

Lamela ha citado de nuevo a declarar, el próximo lunes, día 16, a los líderes de la ANC, Jordi Sánchez, y de Ómnium, Jordi Cuixart, así como al jefe de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero. A los tres, que ya comparecieron en la Audiencia el viernes pasado, los investiga por sedición.

La comparecencia de la pasada semana de Trapero, Sánchez y Cuixart guardaba relación con el asedio a la Guardia Civil el pasado 20 de septiembre mientras registraba los locales de la consejería de Economía de la Generalitat. El mismo día de la comparecencia, la juez recibió un nuevo atestado de la Guardia Civil, que ampliaba la investigación al 1-O y que ha motivado la nueva llamada a declarar.

Atestado

En ese atestado, la Guardia Civil acusa a Trapero de inacción en el referéndum del 1-O y de responder con ello a un plan premeditado "en conexión directa" con el presidente y el vicepresidente de la Generalitat, Carles Puigdedmont y Oriol Junqueras. Para la Guardia Civil "es evidente" que la inacción no recayó en la voluntad individual de los agentes, sino que respondió a "un plan premeditado" que "no podía más que proceder de la cúpula policial de Mossos", en conexión "estratégica" con Puigdemont y Junqueras.

Respecto a Sánchez y Cuixart, la juez estima que en la estrategia diseñada, su actividad tras aprobarse las leyes de Desconexión y del Referéndum, era esencial para dirigir todas las sinergias independentistas en una misma dirección que culminase con la movilización de la totalidad de la sociedad catalana que "comulgaba con la tesis soberanista".