Mariano Rajoy obtuvo ayer el apoyo del presidente estadounidense, Donald Trump, frente al desafío soberanista. A pocos días de la fecha del referéndum, Cataluña estuvo ayer muy presente en la agenda del primer encuentro en Washington del presidente del Gobierno español y el mandatario norteamericano.

En la línea de sus discursos habituales, Trump calificó de "tontería" el afán secesionista catalán y afirmó que "España es un gran país y debería permanecer unido". El presidente de EE UU se embarcó luego en su propia visión de las tensiones territoriales en España a partir, previsiblemente, de algunas notas rápidas de su gabinete. "He estado mirando cómo se ha desarrollado eso, de hecho ha ido desarrollándose durante siglos", expuso Trump sobre la génesis del problema catalán. Luego, en un salto en el tiempo que lo llevó hasta el próximo domingo, el mandatario estadounidense anticipó lo que va a ocurrir con la consulta. "Creo que nadie sabe si se va a votar. El presidente ha dicho que no se va a votar y que hay mucha gente que se opondrá a eso [en alusión al referéndum]. Solo puedo hablar por mí, pero me gustaría ver que España continúa unida", afirmó en la conferencia de prensa junto a Rajoy, en la Rosaleda de la Casa Blanca, tras un almuerzo de trabajo sin vino.

La portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, matizó más tarde la posición de EE UU respecto a la consulta catalana al apuntar que "entendemos que algunos en España puedan querer celebrar un referéndum, otros países lo han hecho. Pero ese es un asunto interno, es algo que tiene que decidir ese pueblo, y nosotros apoyamos a una España fuerte y unida".

Unos 80 catalanes se manifestaron ayer en la plaza Lafayette de Washington, junto a la Casa Blanca, para pedir a EE UU apoyo a la consulta soberanista.

El presidente español, que regaló a Trump un jamón, agradeció el recibimiento. "Nos ha colmado de atenciones", dijo el jefe del Gobierno, quien insistió en que el domingo en Cataluña "lo que puede haber es alboroto, puede haber ruido, pero lo que no puede haber es un referéndum válido, democrático y con un mínimo de garantía". Considera por ello que sería "un disparate" declarar la independencia del territorio tras ese proceso. Lo que confía que se produzca después del primero de octubre "es el paso a una nueva etapa donde prime la ley, la democracia, el diálogo y el sentido común".

Tras la decisión de aplazar la aprobación los presupuestos, por las dificultades de encontrar el apoyo de los nacionalistas vascos en la actual coyuntura catalana, Mariano Rajoy descarta un anticipo electoral.

Donald Trump y el presidente del Gobierno coincidieron en pedir a la UE que se sume a Estados Unidos y a Canadá y adopte sanciones contra el Gobierno de Nicolás Maduro. "La comunidad internacional no debe andarse con paños calientes en relación con Venezuela", sostuvo Rajoy.

El expresidente del Gobierno Felipe González equiparó ayer la situación venezolana con el órdago secesionista en Cataluña al señalar que Maduro perdió las elecciones por sufragio universal a la Asamblea y "se inventó" otra asamblea nacional constituyente. Durante su intervención en la II Asamblea General de Madrid Foro Empresarial, González se mostró partidario de aplicar el artículo 155 de la Constitución en Cataluña, lo que supondría la suspensión de su autonomía, y criticó a Rajoy al afirmar que "no me gusta hacer política amparándonos bajo las togas".

El expresidente reconoce que Cataluña le preocupa "muchísimo" y es el asunto que más le inquieta "en los últimos cuarenta años". González considera que pese a lo delicado de la situación puede encontrarse una solución "entre demócratas".