El Ministerio del Interior asumirá de forma directa la coordinación de todas las fuerzas de seguridad desplegadas en Cataluña. Un coronel de la Guardia Civil, alto cargo del departamento del ministro Zoido, estará al frente de todos los cuerpos, incluidos los Mossos de Esquadra, siguiendo una instrucción del fiscal superior catalán.

La Generalitat se opuso ayer a la medida por entender que es una "injerencia del Estado en los Mossos d'Esquadra" y anunció que recurrirá ante diversas instancias judiciales para su anulación, sin descartar la posibilidad de presentar un incidente competencial ante el Tribunal Constitucional. Pese a ello, la Jefatura de los Mossos asumió la directriz de la Fiscalía aunque dejó constancia de su desacuerdo con ella en una nota interna.

El coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, será el encargado de la coordinación de las actuaciones de la Policía, Guardia Civil y Mossos d'Esquadra para frenar el referéndum del 1 de octubre en Cataluña. Pérez de los Cobos es director del Gabinete de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad. Ocupa altos cargos en el Ministerio del Interior desde 2006, cuando lo nombró asesor el entonces titular de la cartera, el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba.

La directriz de la Fiscalía provocó una respuesta institucional del conseller de Interior, Joaquim Forn. "Desde el gobierno de la Generalitat no aceptamos esta injerencia del Estado porque se salta todas los órganos que el marco jurídico actual dispone para coordinar la seguridad de Cataluña", manifestaba Forn. El conseller respaldaba además la posición del mayor de los Mossos, Josep Lluis Trapero, quien, en la reunión en la que le fue comunicada la directriz de la Fiscalía, rechazó que "bajo el paraguas de la coordinación se pretenda dirigir el cuerpo". El conseller hizo constar además que los Mossos mostraron su "voluntad de no aceptar la coordinación del representante del Estado español". Lo que parecía una rebelión de la policía catalana contra la decisión del fiscal, que habría puesto a Trapero en la circunstancia de ser procesado por desobediencia, se fue suavizando en la horas posteriores a la declaración de Forn. El mayor de los Mossos comunicó al Fiscal Superior de Cataluña que la policía que manda "seguirá dando cumplimiento a sus órdenes, pero que no comparte que una parte de la actividad del Cuerpo sea ordenada y tutelada por un órgano que depende del Ministerio del Interior", según una nota interna difundida y leída en la tarde de ayer en las comisarías.

A pesar de no compartir la instrucción, la nota es taxativa al indicar que "el Cuerpo de Mossos d'Esquadra, a lo largo de su historia, ha mostrado un respeto escrupuloso a las órdenes que le han llegado de jueces, tribunales y ministerio fiscal, posición que evidentemente seguiremos manteniendo".

El presidente Puigdemont contestó a a través de Twitter a la orden de la Fiscalía: "Pese a provocaciones, sobreactuaciones, rumores, falsas consignas... Nosotros serenos y pacíficos siempre. Es nuestro gran activo". En la misma línea, el PDeCAT criticó que el Gobierno central trate de "fabricar una fantasía cuando habla de tumultos y problemas de orden público en Cataluña".

Las tensiones entre Mossos y Guardia Civil quedaron en evidencia en la noche del miércoles cuando centenares de concentrados impidieron la salida de los agentes y la comisión judicial que registraban la consellería de Economía. El propio juez que había ordenado el registro instó a los Mossos a desplegarse para garantizar que los guardias pudieran abandonar el edificio.